Poniendo el estómago a prueba en tierras asiáticas
Uno de los turismos más celebrados es el gastronómico. Miles de personas se mueven pensando en la comida. Probar el manjar de cada región es un placer al que muchos no pueden renunciar. Ya sea pasta italiana, gazpacho andaluz, una buena fabada o incluso flores. Da lo mismo, el estómago puede llegar a ser el que decida el rumbo en un viaje. ¿Pero y si el viajero decide ponerlo a prueba? ¿Que cómo? Pues recorriendo ciertos países asiáticos.
Estómago a prueba en Japón
La primera parada la hacemos en el país del Sol Naciente. Pero no hablaremos de sushi o tempura. No, lo vamos a hacer de Fugu o “pez globo”. Este pez es venenoso, así que, si la persona que lo cocina no es experimentada, el comensal se puede asfixiar. Y para el veneno no hay antídoto. Paraliza los músculos mientras la víctima sigue consciente.
En Europa está prohibida su comercialización. Y en Japón la persona que lo vaya a cocinar necesita tres años para titularse y poder prepararlo. Claro está, debe ser muy exquisito. Y por ello es el pez más caro del mundo.
Estómago a prueba en Filipinas
Bastante más al Sur, en Filipinas, encontramos otro tipo de exquisiteces. En estas tierras ofrecen al viajero una delicia llamada Balut. Dicen que es afrodisíaco aunque a simple vista no lo parezca. Es un huevo hervido de pollo o pato con… sorpresa. Al abrirlo el comensal se topa con el feto dentro. Todo un reto para el estómago.
Estómago a prueba en China
Tras el manjar filipino, los pasos del buen comedor nos trasladan a China. Cualquier lector estará habituado a la comida china. Es lógico teniendo en cuenta su precio y la gran cantidad de restaurantes que hay en España. Pero esta vez nos quedamos con el perro flameado con soplete. Cuando está crujiente, se lo comen como cualquier cochinillo de Segovia. Quizás a ellos les parezca igual de raro lo que comemos aquí, pero sin duda choca ver a la gente comer perros.
Y eso no es todo, también es posible degustar la sopa de nido de golondrinas. El ingrediente principal son los propios nidos, que están unidos por la saliva seca de los vencejos. Se prepara con caldo de pollo y dicen que es bueno para la piel.
Estómago a prueba en Tailandia
Por último, la tierra elegida ahora es la hermosa Tailandia. Pues bien, al igual que en Occidente elegimos una hamburguesa o una pizza como comida rápida (allí también lo hacen, lógicamente, que la globalización es así), en Bangkok también se toman otras… cosas. ¿De qué hablamos? De insectos de todo tipo: cucarachas, gusanos, saltamontes, langostas, etc. Y preparados de todos modos: fritos, asados, crudos y especiados.