Detroit, la ciudad fantasma intenta sobrevivir
Detroit fue en los años cincuenta una de las cinco ciudades más importantes de Estados Unidos. Los tres grandes fabricantes de coches norteamericanos, Ford, General Motors y Chrysler nacieron en esta ciudad. De hecho, en aquellos tiempos llegó a tener dos millones de habitantes. Era todo un hervidero industrial y cultural. El sueño americano hecho ciudad… Pero llegó la decadencia.
Detroit empezó a venirse abajo cuando el gobierno de EE.UU. permitió que los fabricantes de coches extranjeros se hicieran un hueco en la industria estadounidense. Los fabricantes tradicionales perdieron cuota de mercado y eso llevó a la pérdida de empleos. Claro está, Detroit fue la más afectada y la población siguió disminuyendo. Quedaron abandonadas miles de casas, tiendas, escuelas, fábricas, iglesias, etc. Y todo se convirtió en algo fantasmal…
Detroit «abandonado»
Buenos ejemplos de este abandono son los siguientes:
- La iglesia de Saint Agnes, construida en 1922, estuvo en activo hasta 2006, cuando fue abandonada.
- El hotel Lee Plaza se construyó en 1929. Es uno de los edificios históricos de Detroit, pero cuando empezaron los problemas económicos se convirtió en residencia de ancianos. Tuvo que cerrar en los años 90.
- El antiguo teatro de Michigan se construyó en 1926. Se reconvirtió en parking con los techos decorados. Es irónico que fuera construido encima del garaje donde fabricó su primer coche Henry Ford.
- La iglesia presbiteriana de Woodward Avenue, construida en 1911, fue abandonada en 2010. El edificio lo adquirió un grupo de personas para dar refugio de gente sin hogar.
Detroit se activa
En la actualidad, con la activación de la industria automovilística la ciudad intenta ir reconstruyendo algunos de los edificios abandonados. Dan Gilbert, multimillonario y dueño de los Cleveland Cavaliers -actuales campeones de la NBA-, compró unos 70 edificios. Trasladó a sus empleados a Detroit, restauró otros e instó a otras compañías a hacer lo mismo. Por primera vez desde el «abandono» de la ciudad, el número de trabajadores está ascendiendo y las expectativas es que continúe ese camino.
El viajero encontrará esos contrastes si acude a la ciudad del motor. Los grandes empresarios quieren reactivarla. Adquieren propiedades a precios bajos y quieren que los negocios prosperen. Mientras hay muchos lugares que reconstruir… Y luego están los barrios periféricos, mucho más complicados de recuperar. Sin duda, un destino con historia para los viajeros que buscan otro tipo de lugares.