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‘Romancero’: Lorca, vampiros y sectas para una serie con actores en estado de gracia

‘Romancero’: Lorca, vampiros y sectas para una serie con actores en estado de gracia
Serie 'Romancero'.

Se estrena en Amazon Prime Video, Romancero. Lorca, vampiros y sectas se dan la mano en una serie diferente a lo que solemos ver en España. Producida por 100 Balas (The Mediapro Studio) y dirigida por el novel Tomás Peña, la serie está compuesta por seis episodios de media hora de duración, cuya acción transcurre en una única noche. La ficción es una locura narrativa para deleite de los adictos al terror. Una mezcla de géneros y sorpresas que no siempre funciona pero que hay que aplaudir. No es habitual que nuestra industria abrace productos tan arriesgados, tan nuestros y tan exportables a la vez. Los actores están en estado de gracia y la ambientación y la puesta en escena son exquisitas. Fallan los efectos especiales, el ritmo y unas decisiones narrativas que provocan que el espectador desconecte. Podría ser, en muchos sentidos, nuestro American Horror Story. ¿Le gustará a todo el mundo?

La odisea del terror

Qué difícil es hacer cine fantástico y de terror en España. Ahora son todo thrillers, dramas naturalistas o comedias familiares. Sólo unos pocos privilegiados han investigado en el género más puro y han tenido libertad para hacerlo (Paco Plaza, Jaume Balagueró, Álex de la Iglesia y, antes, Alejandro Amenábar y J. A. Bayona). pero son muchos los creadores que quieren indagar en el horror pero las productoras y las cadenas suelen ser cobardes en este sentido. Y todo se complica más en televisión. El terror va de la mano de lo inmediato. La ficción televisiva tiene otros ritmos y otros tiempos. Siempre es más difícil crear una serie que asuste de principio a fin que una película de hora y media. Últimamente ha habido intentos como el de Feria o Alma (ambas en Netflix) pero se han quedado a medias por no llegar a adentrarse del todo en los códigos del fantástico.

Cartel de ‘Romancero’.

Un mal principio para un mejor desarrollo

Romancero entra a matar y utiliza la mitología y las costumbres patrias -más concretamente andaluzas- para contarnos una historia a varias voces en la que se mezclan vampiros, sectas, policías abusadores, inmigrantes desesperados, abusos infantiles, los textos de Lorca y el desierto de Almería. ¿Se puede salir airoso de este revoltijo? Más o menos.

Un aviso a navegantes sin hacer demasiados spoilers: el primer episodio tira para atrás. No se conecta con la trama ni con los personajes. Está hecho a propósito. El piloto es el típico flashback que sirve como prólogo en las películas para enganchar al personal. El problema es que aquí dura lo suyo y hay que tener paciencia para continuar. De hecho, la historia podría haberse contado en un largometraje mucho mejor. A partir del segundo capítulo empieza el orden y los destellos de genialidad, sobre todo en composición de personaje y en actuación. Lo que hace Ricardo Gómez con un personaje tan caricaturesco es de premio.

Cartel de ‘Romancero’.

La historia sigue a dos niños (maravillosos Sasha Cócola y Elena Matic) que huyen de una familia de gitanos que quieren venganza ¿Por qué? Ahí está el misterio. La trama se diversifica y vamos viendo diferentes puntos de vista, lo que enriquece el relato. partimos de Déjame entrar (ese clásico de vampiros que dirigió Tomas Alfredson en 2008 y que ha sido adaptado en varias ocasiones) para luego acampar en la serie B más enloquecida con efectos especiales tan evidentes y torpes que bien podrían estar hechos así a propósito. Hay un poco de Stranger Things, de western, de En compañía de lobos (Neil Jordan, 1984) de La isla mínima (Aleberto Rodríguez, 2014) e incluso de la serie Mar de plástico.

Hay que aplaudir siempre a las nuevas voces y hay que apostar por el género del fantástico y envolverlo en nuestra propia idiosincrasia. Esto último, F lo clava. No es un antes y un después en el terror televisivo español pero se agradece la propuesta.

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