Renée Zelweger vuelve al cine tras un largo descanso de la profesión: «Estaba harta de mi propia voz»
La actriz recibió su segundo Oscar en 2020 por 'Judy'.
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Puede que no tenga la fama o el reconocimiento popular de figuras como Meryl Streep o Julia Roberts, pero nadie puede negarle a Renée Zelweger su capacidad para haber logrado brillar en la alfombra roja sin campañas mediáticas ni títulos explícitamente concebidos para su lucimiento personal. Una condición que por otra parte, no revoca su condición de estrella internacional, aunque como otros perfiles de Hollywood, ella también ha necesitado tomarse un descanso del celuloide. Iniciada su carrera en los 90 y repasando su filmografía, lo cierto es que la estadounidense no se ha caracterizado por aceptar cualquier propuesta de la gran pantalla. Sin embargo, incluso con esa naturaleza tranquila en la elección de proyectos, en los últimos años esa paciencia se ha dilatado todavía más, llegando a parar una larga temporada su elogiada labor en la profesión.
En su última entrevista, la doble ganadora del premio de la Academia reflexionó sobre los motivos de haberse alejado temporalmente de la actuación hace 15 años. Después de rodar Nuestra canción de amor en 2010 y hasta Toda la verdad en 2016, la de Texas necesitó un momento de introspección para asimilar sus sentimientos y la vorágine de experiencias emocionales tras dos décadas en la profesión. Renée Zelweger debutó en el séptimo arte con un pequeño papel en Movida del 76, una de las primeras muestras del talento autoral de Richard Linklater. Un año más tarde y al igual que otras leyendas contemporáneas de la industria como Johnny Depp o Leonardo DiCaprio, la actriz participó en una saga icónica de terror junto a Matthew McConaughey en el reboot La matanza de Texas: La nueva generación. Eso sí, para entender su explosión comercial debemos dar un salto hacia finales del siglo XX, atendiendo a sus participaciones en producciones como Jerry Maguire, Yo, yo mismo e Irene y por supuesto, su absoluto pilar mainstream: El diario de Bridget Jones. Una franquicia con la que quizás no terminaría llevándose el Oscar cuando fue nominada en 2002, pero desde luego la adaptación de Helen Fielding representa la confirmación de su emancipación como una intérprete, capaz de ser liderar películas taquilleras. Pues salvo contadas excepciones, hasta ese momento su currículum se había cimentado en ser una secundaria de lujo.
El descanso de Renée Zelweger
En el auge de las secuelas tardías, Renée Zelweger ha regresado precisamente a la piel de Bridget Jones para seguir actualizando la posición femenina en la comedia romántica moderna. Tras tres entregas, Bridget Jones: Loca por él llegará a los cines el próximo 14 de febrero en lo que se antoja como un más que probable éxito comercial. El estreno se antoja como una pausa fílmica parecida a la que ya vivió en el pasado. Sin contar claro, su participación justamente anterior en la serie de la NBC, Lo que pasa con Pam. Pues para encontrar una cinta anterior a la vuelta de la querida Bridget, debemos remontarnos al 2019, donde Zellweger logró la segunda estatuilla dorada de su vitrina gracias a ponerse en la piel de la actriz y cantante Judy Garland, en Judy.
Ahora, a sus 55 años ha explicado las razones que le llevaron a paralizar una carrera en pleno auge, cuando en realidad podía haber logrado mucho más pronto más réditos comerciales y nuevos papeles dignos del máximo reconocimiento en la meca del cine.
«Necesitaba tomarme un descanso», comenzaba señalando Renée Zelweger a la versión británica de la revista Vogue. El motivo, más allá de ser fruto del estrés, partía del agotamiento de su propia experiencia como actriz:
«Estaba harta del sonido de mi propia voz. Cuando estaba trabajando, pensaba ‘Oh, Dios mío, escúchate. ¿Estás triste otra vez, Renée? Oh, ¿es esta tu voz de loca?’ Era una regurgitación de las mismas experiencias emocionales».
Una pausa llena de desarrollo personal
Salirse temporalmente del circuito de Hollywood no significa una inanición intelectual completa por parte de Renée Zelweger. Como bien señalaba en la charla con el medio anglosajón, la artista exploró otras facetas de su vida en ese periodo de tiempo.
«Escribí música y estudié derecho internacional. Construí una casa, rescaté a un par de perros mayores, creé una sociedad que dio lugar a una empresa de producción, abogué por un amigo enfermo y recaudé fondos con él, y pasé mucho tiempo con mi familia y mis ahijados recorriendo el país en coche con los perros. Me recuperé», sentenciaba.