Paul Verhoeven provoca en Cannes con la proyección de “Benedetta”

provoca en Cannes
"Benedetta" (SBS Productions)
Francisco-Eme
  • Francisco-Eme
  • Soy un graduado en Comunicación Audiovisual y Publicidad, que escribe desde su pasión por y para el cine, donde también intento hacerme un hueco como guionista. "Todo lo que puede ser imaginado es real", Pablo Picasso.

Esta edición, el festival de Cine de Cannes está teniendo varias películas con escenas eróticas, dadas las últimas proyecciones de las historias que compiten en la sección oficial, por el gran premio de certamen. Del cunnilingus musical de Adam Driver a Marion Cotillard en Annette, hasta la película intimista de Lea Seydoux con su amante en Deception. Ahora, no iba a ser Paul Verhoeven el que se quedase a medias con toda la parte sexual que tuviese que mostrar con Benedetta, la historia de monjas, milagros y sexo lésbico con que el director holandés provoca en Cannes.

Verhoeven siempre ha sido un realizador al que jamás le ha preocupado mostrar la desnudez de la forma más natural y obvia posible. Ejemplo de ello es tanto la icónica escena de la mujer con tres pechos en Desafío Total, su siempre reivindicativa Showgirls, el cruce de piernas sin el consentimiento de Sharon Stone en Instinto Básico y finalmente El hombre sin sombra, una versión del hombre invisible en el que Kevin Bacon utilizaba esa habilidad para ser básicamente un depravado sexual, violador y asesino. En la rueda de prensa previa a la proyección de su vigésimo octava película, tildó a la sociedad actual de conservar un puritanismo digno de otros tiempos, siendo la realidad como él la ve, “desnuda, apasionada y libre”.

La escena provocativa en cuestión tiene que ver con cómo la protagonista convierte en una suerte de consolador una figurita de la Virgen María. Aunque pueda parecer una invención descontrolada sacada de la mente de Verhoeven, Benedetta es un caso real, con una gran investigación histórica que adapta el libro de la escritora Judith C. Brow, Actos inmodestos: La vida de una monja lesbiana en la Italia del Renacimiento. La historiadora estudió esta historia de amor, pasión con el telón de fondo de la prohibición sexual más conservadora. Conocimiento que puesto en los ojos del director provoca Cannes, transformando visualmente todo en un proyecto transparente, violento y absolutamente pasional. La monja Benedetta será muy querida en el convento de la Toscana por los habitantes del lugar, creyendo estos que hasta realiza milagros con su simple presencia, pero todo dará un vuelco cuando comience a tener visiones eróticas y extrañas.

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