Harvey Wenstein quería obligar a Tarantino a eliminar una escena de “Reservoir dogs”
El productor, acusado encarcelado por sus decenas de casos de abuso sexual creía que el debut en el cine de Tarantino no funcionaría si no quitaba cierta escena.
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Quentin Tarantino sigue de gira promocionando el libro de Érase una vez en Hollywood, en el que entre otras cosas revela, por ejemplo el misterio alrededor de la muerte de la mujer del personaje de Cliff. En una entrevista para el show The Joe Rogan Experience, el entrevistador le pregunto por Harvey Wenstein, el mandamás de The Wenstein Company que actualmente cumple prisión por sus casos de depredación sexual y de abuso de poder. Entre varias reflexiones sobre el personaje, el director hacia autocrítica sobre cómo podía haber “frenado” la actitud del productor. Pero de las nuevas declaraciones, destaca también cómo Harvey Wenstein quería obligar a Quentin Tarantino a eliminar una escena de Reservoir dogs.
Wenstein quería, supuestamente que el director eliminase la escena de la tortura que hoy en día es un icono dentro de la cultura pop. En dicha secuencia, el personaje de Michael Madsen tortura a un oficial de policía, cortándole la oreja y argumentándole sádicamente que le daba exactamente igual todo lo que supiese, porque le iba a torturar de todas formas. Tarantino lo contaba de esta forma: “Su razonamiento fue, ´Mira Quentin esta es una película que cualquiera puede ver. Pero con esa escena de tortura, vas a alienar a las mujeres; no querrán ver esto. Así que, literalmente estás poniendo tu propia película en una pequeña caja. Pero sin esa escena, cualquiera puede ir a ver esta película y todos la disfrutarán’. Ahí es donde realmente me convertí en mí, porque Harvey estaba acostumbrado a ganar en este tipo de argumentos”.
El director le argumentó que la película ya se había estrenado en varios festivales con la controvertida escena y que no tendría sentido quitarla. Wenstein quería obligar a Tarantino, pero no lo consiguió, por mucho que al productor lo apodasen en la industria como “Harvey manostijeras” por su afán de recortar el metraje en edición a sus directores. Otro director que se resistió a ello fue Bong Joon Ho en Snowpiercer. La escena en la que un guardia destripaba un pescado para intimidar a los rebeldes era la favorita de Bong Joon y de su director de fotografía, pero Wenstein no la aguantaba. Bong Joon le dijo que era un homenaje a su padre, que había sido pescadero. El productor lo dejo estar, siendo totalmente engañado, ya que el padre del director no había pescado en su vida.