‘En fin’: desenfreno, culpa y drogas en un apocalipsis cañí

‘En fin’: desenfreno, culpa y drogas en un apocalipsis cañí
Cartel de la serie 'En Fin'.

¿Qué harías si supieras que el mundo se va a acabar en tres meses? ¿Cambiarías de vida y te atreverías a hacer lo que siempre has querido sin tener en cuenta las consecuencias? Si la respuesta es sí, aquí viene la pregunta del millón: ¿Qué pasaría sí, después de cumplir tus más oscuros deseos, resulta que la humanidad se salva? Esta es la estimulante premisa de En Fin, la nueva serie de Prime Video que analiza el apocalipsis (o la falta de él) desde el prisma de una familia de clase media cañí. Una propuesta creada por David Sainz y Enrique Lojo y protagonizada por unos estupendos José Manuel Poga y Malena Alterio. Seis capítulos que se las ingenian para alargar una trama que tal vez podría haberse quedado en un largometraje pero que, con muchísimo humor negro, nos presentan un universo muy rico, esperpéntico e hipnótico. Una comedia gamberra que no olvida su lado emocional y trágico. Una de las ficciones más originales de la temporada. No es la ficción del año, se olvida rápido, pero se agradece un punto de partida tan innovador.

Trama

El día en el que debería llegar el apocalipsis, Tomás se levanta resacoso en mitad de una orgía en un conocido centro comercial. Hace meses, ante la noticia del fin del mundo, abandonó a su mujer Julia y a su hija Noa sin mirar atrás. Pero cuando el planeta errante que iba a chocar contra la Tierra pasa de largo y el mundo sigue girando, Tomás comprende la magnitud de su error. Ahora tratará de recuperar su vida pasada y obtener el perdón de su familia, buscando reconstruir tras el no-apocalipsis un mundo que ya nunca volverá a ser el de antes.

Ciencia ficción de andar por casa

Si nuestro cine no se destaca por las producciones de ciencia ficción es por la falsa creencia de que es un género caro. Como siempre, lo único que vale es una buena historia, eso solventa cualquier escasez económica. Se puede contar el fin del mundo, por ejemplo, de mil maneras posibles: desde la épica de The Last of us, la espectacularidad de cintas como Independence day o Armageddon o desde la intimidad familiar como ocurre con Señales. Pero nunca habíamos visto las consecuencias de seguir vivos como especie. En fin es una gamberrada que le da la vuelta a esa frase tan de autoayuda que es Actúa como si éste fuese el último día de tu vida. Si todos hiciésemos eso posiblemente sucumbiríamos al caos y al egoísmo más absoluto.

¿Las normas sociales sólo sirven para la supervivencia de la especie?¿Quiénes seríamos si nuestros actos no tuvieran consecuencias? ¿Dónde quedaría el amor por nuestros seres queridos o nuestros ideales? De esto trata En fin (éticamente me recuerda a esa joya del terror que es La purga) pero con un tono gamberro y sarcástico. La serie no necesita más que una iluminación rojiza y algunos planos lustrosos para trasladarnos a un fin del mundo muy nuestro. Uno en el que el dinero ya no vale para nada pero en el que la moneda de cambio son las drogas y el sexo. Un universo muy loco y surrealista que mira a la cara al cine más brillante de José luis Cuerda (Amanece que no es poco).

En fin
José Manuel Poga en la serie ‘En Fin’.

En fin, sin embargo, tiene algunos problemas. A nivel visual, se nota la pobreza en algunas recreaciones. ¿Por qué, en un mundo sumido en la anarquía y la violencia, la familia protagonista sigue con su vida como si tal cosa y con una casa inmaculada? ¿Por qué se nota tanto la falta de extras en las secuencias de masas? Son preguntas menores pero que le quitan brillo al conjunto.

Por otro lado, la serie plantea temas muy interesantes pero no llega a romper todas las barreras morales que pretende. Hay, en ocasiones, una falta de ritmo muy llamativa. Quizá, sin los capítulos hubiesen durado menos el resultado hubiese sido mejor.

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