El asesino de la niña de 5 años en Murcia a su madre adoptiva: «La niña ya está en el cielo»
Un amigo del asesino de la niña de Murcia


El asesino de la niña de 5 años en la pedanía murciana de Llano de Brujas llamó a su ex pareja y madre adoptiva de la menor y le dijo: «Nadia ya está en el cielo». Suso, de 47 años, había envenenado con medicamentos a la niña durante el trayecto en coche hasta su vivienda después de recogerla para hacerse cargo de la víctima como otras muchas tardes.
Al menos cinco personas recibieron llamadas del asesino de la niña tras el crimen, además de la madre adoptiva, también el mejor amigo de Suso al que confesó los hechos. Fue este amigo, bajo la dirección de la Guardia Civil, el que le tendió una trampa al asesino para poder atraparlo en Torrevieja horas después de matar a la pequeña Nadia.
La motivación principal del asesino de la niña de 5 años fue vengarse de su ex pareja, Ramona de 50 años, que se negaba a retomar su relación sentimental con el homicida. La madre del detenido no ha dudado en pedir la prisión permanente revisable para su hijo: «No quiero que vuelva a salir de la cárcel».
El asesinato de la niña
Los hechos tuvieron lugar la tarde del martes en la pedanía murciana de Llano de Brujas. Tras recoger a la niña como hacía habitualmente, Suso de 47 años se dirigió con Nadia hacia el domicilio de sus padres. En el camino le suministró una cantidad tóxica de medicamentos para acabar con la vida de la menor.
El asesino de la niña llegó a casa de sus padres, depositó el pequeño cuerpo en la cama y llamó a Ramona, su ex pareja y madre adoptiva de la menor. Le dijo «La niña ya está en el cielo», antes de coger su coche y huir del lugar. Ramona había roto la relación con Suso hace meses y él no aceptaba la nueva situación.
Fue la madre la que halló el cuerpo de la niña y avisó a la Guardia Civil. Entre tanto, el asesino hizo varias llamadas, entre ellas, una a su mejor amigo para confesarle el suceso.
La trampa al asesino
Ese amigo del asesino de la niña le tendió una trampa asesorado por la Guardia Civil. Le mintió, le dijo que la niña estaba viva y la habían reanimado.
El amigo, citó al asesino de la niña en Torrevieja para llevarle el dinero que necesitaba para continuar su fuga, pero en su lugar se presentó la Guardia Civil que arrestó de inmediato al fugitivo.
«He hecho algo malo»
Se da la circunstancia de que Suso, el presunto asesino de la niña, es adicto a las drogas y las 36 horas anteriores al crimen había estado de fiesta. No hay duda de que intentará utilizar su adicción para obtener algún atenuante en la futura condena que le espera. A la Guardia Civil llegó a confesarles antes de la detención, por teléfono y entre susurros: «He hecho algo malo».
Para ello, tendrá que demostrar que actuó con sus capacidades volitivas alteradas, algo que se antoja difícil ya que los investigadores sospechan que portaba las pastillas con la intención de envenenar a la menor tras acceder a los mensajes con la madre adoptiva en los que demostraba sus celos y su obsesión por volver con ella.