Acusan a una funeraria de robar dientes de oro a un fallecido y se retractan al exhumarlo

La empresa acusada de dar el cambiazo a 6.000 ataúdes demuestra una acusación falsa de la familia de un fallecido. Sus abogados creen que puede ser un precedente en el caso.

funeraria
Empleados de una funeraria en Valencia.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

La funeraria Parque El Salvador está siendo investigada por un presunto fraude millonario cambiando féretros, lo que supondría una de las mayores estafas en la historia de un sector que mueve cientos de millones de euros al año. Dos denunciantes los acusaron de robarle piezas dentales de oro a su padre fallecido. Llegaron a las últimas consecuencias exhumando el cadáver del hombre. Tenía la dentadura intacta.

Una conciliación que puede ser el preludio del final de una de las causas judiciales más extravagantes y publicitadas de los últimos años: la presunta estafa masiva a través de cambiazos de miles de féretros de la que acusan a una empresa familiar que lleva enterrando a sus vecinos desde hace años. De hecho, la investigación arrancó hace casi dos años y nada más comenzar el juzgado mandó a prisión al propietario del negocio y a su hijo.

Cuando el caso estalló comenzó a ocupar espacio en los medios de comunicación por lo llamativo del presunto modus operandi de los acusados y el número de personas que podrían haberse visto afectadas con el paso de los años. En la operación ‘Ignis’, que fue como se bautizó en su día en alusión a la ignición de las incineradoras de la funeraria, se recopiló información que podría afectar a los último 20 años de funcionamiento de una empresa que lideraba su sector en una zona, Valladolid, en la que cualquier año, fuera de pandemia, se celebran en torno a 5.000 sepelios y o incineraciones e inhumaciones.  De hecho, en un informe policial que se encuentra en las actuaciones del juzgado se han atrevido a cifrar el montante de la presunta estafa: 6 millones de euros.

Las dimensiones de la estafa eran inéditas. Los afectados se contaban con miles y se atropellaban los argumentos en contra y a favor de la empresa. En contra sobre todo un juego de fotografías tomadas durante años por un trabajador de la funeraria. Durante todo este tiempo el empleado fotografío a cientos de cadáveres justo antes de ser introducidos en un horno crematorio dentro de cajas de cartón. Con estas imágenes y las fotos de unas agendas Fiscalía preparó una acusación que apuntaba a que la empresa estafaba a los clientes cobrando ataúdes que presuntamente se destruían pero que luego se reutilizaban y se cobraban de nuevo a la siguiente familia.

La defensa de la funeraria siempre fue que esa acusación emanaba de un empleado resentido tras conocer su situación económica al jubilarse y al no ceder el empresario a sus pretensiones de recibir más dinero del que legalmente le correspondía.

Además, aseguraban desde Parque El Salvador que la práctica de incinerar dentro de cajas de cartón es habitual y acorde a la normativa y que en sus pedidos de féretros a sus distribuidores todo cuadraba. Sin embargo el ruido del caso fue tal que otra acusación llegó a los tribunales: el robo de las piezas dentales de un difunto.

OKDIARIO ha tenido acceso al documento que relata este peculiar episodio: “Mi hermana y yo vimos que mi padre tenía heridas en la cara, en la barbilla (…) tenía como desgarros y la cara muy inflamada”. Quien habla es la hija de un difunto que junto con su hermana llegó a la conclusión, solo ella sabe por qué, de que a su padre le habían robado las fundas de oro antes de incinerarlo.

Los propietarios de la empres se negaron a asumir unas acusaciones que además fueron vertidas con publicidad en medios de comunicación locales y nacionales así que propusieron un acto de conciliación previo a una demanda por calumnias e injurias. Se negaban a reconocer que le habían robado piezas dentales a un fallecido. De hecho, las sospechas e insistencia de la familia del finado fueron tales que acabaron consiguiendo una orden judicial para desenterrar los restos de su padre. El resultado fue demoledor: el hombre conservaba todas sus piezas dentales con sus correspondientes fundas de oro. Atención a la explicación de las hermanas que acusaban a la empresa de robar a los muertos y que se refleja en el documento que acredita el acto de conciliación al que ha tenido acceso OKDIARIO: “Las afirmaciones fueron motivadas por la angustia que le generaron a la demandada y a su familia las noticias relativas a la investigación abierta frente al grupo EL Salvador”.

La defensa de los servicios funerarios, ejercida por el letrado Guillermo Ruiz, asume que este tipo de comportamientos son extrapolables al caso de los féretros, en los que mantiene que el origen torticero de la investigación acabará desmontando un caso que no termina de instruirse y del que se ha solicitado varias veces el archivo.

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