Subir al Everest: hazaña o fraude a 8.848 metros de altitud

Everest
5 curiosidades sobre el Monte Everest.

El alpinista indio Satyarup se llevó una gran sorpresa al comprobar que sus fotos en la cima del Everest habían sido modificadas por una pareja que quería hacer creer que había alcanzado el techo del mundo.

Los ascensos a la cumbre más alta de la Tierra siempre se han validado con un sistema basada esencialmente en la confianza. Pero, con el creciente número de montañistas que intentan subir el Everest, se ha generado un debate respecto a la necesidad de recurrir a métodos más científicos para certificar los ascensos.

Dos policías, Dinesh y Tarakeshwari Rathod, aseguraron el año pasado que habían alcanzado la cima más alta del mundo (8.848 metros), siendo la primera pareja india en conseguirlo.  Las autoridades indias celebraron la hazaña, y la pareja gozó de una gran atención mediática en su país.

«Vi sus fotos y reconocí inmediatamente a la gente de alrededor»

Pero enseguida surgieron dudas respecto al supuesto ascenso. A los expertos en montañismo les pareció que éste había sido demasiado rápido y que, de hacerlo en tan poco tiempo, la pareja no habría tenido tiempo de aclimatarse a la falta de oxígeno.

Para cumplir con los requisitos de las autoridades nepalesas y chinas -el Everest se encuentra en la frontera de ambos países-, la pareja india tuvo que dar fotos de ellos en la cima, así como un informe de los jefes de expedición y de los oficiales de enlace del Gobierno.

Al ver las fotos publicadas en los medios, Satyarup Siddhanta también dudó. «Vi sus fotos y reconocí inmediatamente a la gente de alrededor», cuenta el montañista indio a la AFP. «Agarré mi propia foto para comparar. Estaba conmocionado, era mi foto».

En una de las instantáneas, habían cambiado la cara de Tarakeshwari por la de Satyarup, modificado el color de sus botas y colocado una bandera india entre sus manos. En otras fotos, Satyarup había sido sustituido por Dinesh.

Tras una investigación, las autoridades retiraron el certificado de ascenso al Everest a los dos policías, ya que ningún alpinista los vio más allá del campo base, y les prohibió escalar montañas en Nepal por un plazo de 10 años.

«Hay mucha presión por encontrar una forma de ser el primero en algo en el alpinismo»

En total, 509 clientes, un récord, pagaron y obtuvieron permiso para ascender al Everest este año, durante la tradicional temporada de primavera.

El hecho de poder contemplar la Tierra desde su cima es un momento de gloria para cualquier alpinista. Muchos de ellos hicieron carrera como conferenciantes o autores tras alcanzar el techo del mundo.

El aumento del número de alpinistas que lo intentan ha disminuido, sin embargo, el carácter exclusivo del Everest e incrementado la presión para llegar hasta su cima.

«El alpinismo nunca fue un deporte competitivo, pero ahora hay mucha presión por encontrar una forma de ser el primero en algo», explica el periodista y montañero alemán Billi Bierling.

Este año, por ejemplo, el famoso alpinista español Kilian Jornet reivindicó un récord mundial de velocidad, ampliamente difundido por su equipo de comunicación, tras alcanzar la cima del Everest en 26 horas desde el campo base inferior en la vertiente tibetana, sin recurrir a botellas de oxígeno ni cuerda fija.

Esa hazaña aún debe ser homologada por las autoridades competentes.  La presión es tal que algunos alpinistas ofrecen sobornos para obtener su certificado a pesar de fracasar en su intento.

«Nos ofrecieron dinero, pero habría sido estúpido aceptar», cuenta Steven Sherpa, de la empresa Asian Trekking, una de las más antiguas en el Himalaya.

Hay tanta competencia entre las distintas compañías de expedición que, según informaciones que circulan en la comunidad de los montañistas, algunas no dudan en certificar el ascenso de montañeros que no consiguieron llegar a la cima del Everest, con el fin seducir a sus clientes con buenas tasas de éxito.

El sistema de autentificación tiene fallos, reconoce el director del departamento de turismo de Nepal, que concede los certificados. De hecho, las autoridades se plantean equipar a los alpinistas con un localizador GPS, aunque ese método también puede sortearse fácilmente dándole ese localizador a otro montañero.

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