El Papa denuncia los abusos cometidos contra la minoría musulmana rohingya en Birmania

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Unas mujeres participan en una manifestación que pide la expulsión de la minoría musulmana rohingya de su país. Foto: AFP

El Papa ha denunciado la situación de la minoría musulmana rohingya en Birmania que, víctima de la persecución por parte del Ejército birmano, al que la ONU ha acusado de haber asesinado a bebés, mujeres y ancianos, además de violaciones y abusos sexuales entre otras atrocidades.

«Son hermanos y hermanas nuestras. Y hace años que sufren. Muchos son torturados, asesinados, simplemente por vivir sus tradiciones, su fe musulmana. Recemos por ellos y os invito a rezar por ellos a Nuestro Padre que está en los cielos», ha señalado el Pontífice durante la audiencia general de este miércoles.

Además, Francisco ha vuelto a arremeter contra el «crimen vergonzoso» del tráfico de personas al tiempo que ha reclamado «decisión» a los gobiernos para combatir esta plaga que ha tildado de «intolerable».

 

El Papa ha comenzado una serie de catequesis en las que ha reflexionado sobre la virtud cristiana de la esperanza al señalar que los cristianos forman «parte de un cuerpo que es la Iglesia» y están llamados a sostenerse «mutuamente en la esperanza».

«De aquí la necesidad de rezar unos por otros, en especial por aquellos que tienen una responsabilidad o se encuentran en dificultad», ha exhortado.

«Muchos hermanos nuestros nos enseñan a esperar y a mantener viva la esperanza. Los pobres y los humildes nos dan un gran testimonio de esto, porque experimentan cada día muchas pruebas, pero saben que más allá de la tristeza está el Señor, que es rico en misericordia y en paz», ha explicado a continuación.

Por ello, ha exhortado a construir «puentes y no muros» a «no devolver el mal con el mal, a derrotar el mal con el bien, la ofensa con el perdón y a vivir en paz con todos». «El cristiano nunca puede decir, ‘me la pagarás’. ¡Nunca! Ese no es un gesto cristiano. La ofensa se vence con el perdón», ha concluido.

Bangladesh pretende enviar a miles de rohingya a una isla que desaparece durante los monzones

Human Rights Watch (HRW) ha pedido al Gobierno de Bangladesh que detenga su plan de reubicación de miles de refugiados musulmanes rohingya en la isla de Tengar Char, en la bahía de Bengala, ya que esto les privaría de muchos de sus derechos y haría que el país no cumpla con sus obligaciones previstas por el Derecho Humanitario.

A principios de mes, las autoridades bangladeshíes dieron ‘luz verde’ a este plan, en un momento en el que Bangladesh alberga a unas 69.000 personas que se vieron obligadas a trasladarse desde el norte del estado birmano de Rajine tras los ataques registrados el 9 octubre, donde murieron nueve agentes fronterizos.

El director de HRW para Asia, Brad Adams, ha asegurado que el país está «haciendo la ridícula afirmación» de que con este plan se mejorarán las condiciones de los rohingya, cuando la isla de Tengar Char «no tiene instalaciones, se inunda cada vez que hay marea alta y se sumerge en períodos de monzón».

«Esta propuesta es cruel e impracticable, y debe abandonarse», ha exigido. No es la primera vez que Dacca anuncia un plan de este tipo: en 2015 se sugirió enviar a los refugiados a esta isla deshabitada con el objetivo de «minimizar los conflictos entre bangladeshíes y rohingyas», pero diversas ONG rechazaron esta propuesta, que el Gobierno acabó descartando.

El Gobierno recuperó esta propuesta a finales de enero, y el pasado 1 de febrero, el ministro de Asuntos Exteriores de Bangladesh, Shahriar Alam, indicó que «tras considerar todos los aspectos importantes, los refugiados serán trasladados de forma gradual».

«También tenemos planes de suministrar los medios de vida necesarios a los refugiados, aunque estas medidas serán temporales. Birmania tendrá que aceptar las deportaciones en última instancia», aseguró Alam.

Trabajadores del Gobierno no creen que sea buena idea

No obstante, incluso desde el Gobierno consideran que esta idea no es apropiada. Un alto cargo del Ejecutivo, bajo condición de anonimato, en declaraciones a la BBC aseguró que el plan de enviar a los rohingya a una isla que «sólo es accesible durante el invierno y que es un paraíso para los piratas» es una «idea terrible».

Numerosas agencias y ONG, entre ellas el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), han expresado su preocupación por este plan y han indicado que en caso de que se proceda a la reubicación de los refugiados en la isla, esta debería ser voluntaria y realizarse después de un estudio de viabilidad.

En este contexto, Adams ha advertido a Bangladesh de la necesidad de «tratar de forma humana» a los rohingya, si bien ha señalado que esto no lo tienen que hacer solos. «En lugar de enviarlos a una isla inundada, el Gobierno debería buscar financiación de donantes internacionales para mejorar las condiciones de los refugiados».

Huyendo de la ‘Operación Dragón’

La rohingya es una de las minorías más perseguidas del mundo. Desde 1978, los rohingya han ido llegando a Bangladesh en varias oleadas, huyendo de la represión en su Birmania natal.

Según el departamento de la Comisaría de Repatriación de Refugiados Rohingya (CRRR), cerca de 250.000 rohingya entraron en Bangladesh en 1978 huyendo de la ‘Operación Dragón’ llevada a cabo por el Gobierno birmano, una operación cuyo objetivo era evaluar la situación de los habitantes en zonas fronterizas y tomar medidas contra los extranjeros que habían entrado de forma ilegal en el país.

Esta operación acabó con la expulsión y detención masiva de rohingya, a los que no se consideraban ciudadanos. Entre 1991 y 1992 la ola fue similar: otros 250.000 musulmanes entraron a Bangladesh a través de las fronteras de Cox’s Bazar y Bandarban, donde el Gobierno levantó 21 campamentos temporales para ellos.

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