El Nobel de la Paz se queda sin favorito claro tras el fracaso del plan colombiano para la disolución de las FARC
Este año los analistas tenían en los artífices del acuerdo de paz en Colombia un favorito claro al Nobel que se anuncia este viernes, pero el rechazo de los colombianos al plan volvió a dejar abiertas todas las posibilidades.
Desde los protagonistas del acuerdo nuclear iraní hasta una militante rusa de los derechos humanos, el espectro de candidatos al Nobel de la Paz es muy amplio.
El «no» de la población colombiana en un referéndum celebrado el domingo echó por tierra prácticamente toda esperanza de que el galardón sea atribuido al presidente Juan Manuel Santos y al líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko.
Los especialistas, que se equivocan con frecuencia, opinan que luego de ese rechazo, el Comité noruego debe haberse volcado en encontrar un plan B.
Algunos piensan que la recompensa podría recaer en los negociadores del acuerdo nuclear iraní, firmado en julio de 2015, con el fin de impedir a Teherán desarrollar armas nucleares, a cambio de un fin progresivo de las sanciones occidentales.
«Como el acuerdo ya ha demostrado que funciona, puede ser un candidato sólido», dijo Peter Wallensteen, profesor de la universidad sueca de Upsala.
Los nombres de las principales personalidades políticas detrás del acuerdo, (el jefe de la diplomacia estadounidense John Kerry, su colega iraní Javad Zarif y la europea Federica Mogherini) son mencionados, pero también los negociadores estadounidense Ernest Moniz e iraní Ali Akbar Salehi.
Entregar a ellos el premio podría consolidar el acuerdo, ante el próximo cambio presidencial estadounidense y el riesgo de la llegada al poder de una administración menos bien predispuesta hacia Teherán, señala Kristian Berg Harpviken, director del Instituto para la Búsqueda de la Paz de Oslo.
Récord de candidaturas
Harpviken baraja también otra postulante: la militante rusa de los derechos humanos Svetlana Gannuchkina, que defiende migrantes y refugiados, una cuestión muy sensible en Europa en los últimos dos años.
«Desde que se inició la decadencia de la democracia en Rusia, en especial con el regreso de (Vladimir) Putin a la presidencia, no hubo un Premio Nobel de la Paz que ponga el foco sobre esa evolución», una omisión que, según Harpviken, la Historia puede llegar a juzgar con severidad.
Entre los otros candidatos citados figuran los «Cascos blancos» que ayudan a las víctimas de la guerra en Siria, los habitantes de las islas griegas por su auxilio y apoyo a los migrantes, o el doctor congoleño Denis Mukwege por su ayuda y atención a mujeres violadas.
También están el informático estadounidense Edward Snowden, quien reveló la amplitud del espionaje electrónico desarrollado por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos, o el exministro de Asuntos Exteriores francés Laurent Fabius por su papel como presidente de la conferencia climática de París, COP 21, y el acuerdo alcanzado para luchar contra el calentamiento global.
Con un récord de 376 candidaturas de individuos o grupos, las posibilidades de elección del Comité son vastas y variadas.
Los expertos parecen en cambio no tener dudas sobré quién no obtendrá el Nobel de la Paz.
Se trata del candidato presidencial estadounidense Donald Trump, propuesto por un compatriota suyo destacando su «vigorosa ideología de paz por la fuerza».
Prueba de lo difícil que es hacer pronósticos, el Nobel de la Paz de 2015 fue otorgado al cuarteto encargado del diálogo nacional en Túnez, cuyo proceso y protagonistas era desconocidos por buena parte del público internacional.
«¿Quizás el comité vuelva a sacar un conejo del sombrero este viernes?», se pregunta Asle Sveen, historiador del Nobel. La respuesta el viernes a las 09H00 GMT.