El número de víctimas mortales por el terremoto que sacudió México este jueves ha aumentado a 90 después de que las autoridades de Protección Civil de Oaxaca confirmaran este sábado 71 muertes en el estado sureño.
«Son 71, para solo en Oaxaca», ha confirmado el portavoz de Protección Civil del estado, Jesús González. Esta cifra se suma a otras 15 víctimas mortales registradas en el estado de Chiapas y cuatro más en el de Tabasco. El terremoto tuvo una magnitud de 8,1 en la escala Richter, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), que lo considera el más fuerte en el país desde 1932.
Las casi 48 horas que han pasado desde el seísmo han transcurrido entre sobresaltos para las localidades cercanas al epicentro, debido a las más de 700 réplicas, la mayor de 6,1 grados según el Servicio Sismológico mexicano.
En un recorrido al caer la noche, se constató que varias personas sacaban sillas a la calle para no ser sorprendidos, como ya les pasó la víspera, por los repentinos estremecimientos de la tierra.
Elsa Aquina, de 69 años, sin varios dientes y parcialmente ciega, caminaba con dificultad hasta el pórtico de su casa para instalar en una silla de plástico junto a su esposo. Pasará la noche bajo un árbol por temor a que su humilde vivienda de ladrillos y concreto se desmorone aún más.
«Como ahora no hace mucho frío, sólo nos estamos ahí con una sábana. No queda de otra», contó al señalar que no va a un albergue porque en su casa tiene su «ropita» y sus «cositas». El sitio donde se erigía el palacio municipal, reducido a escombros, seguía siendo por la noche el centro de atención de esta comunidad de 100.000 habitantes, la mayoría de la etnia zapoteca.
Cientos de pobladores, detrás de un cordón de seguridad custodiado por militares y policías, observaban curiosos cómo poderosas máquinas removían el amasijo de ladrillos y varilla, informa AFP.