El autor del tiroteo de Aranjuez practicó con la escopeta antes de disparar a sus víctimas

Mientras Juan Mendoza 'Juanín' pasaba su primera noche en el módulo de ingresos de la prisión de Valdemoro lejos de otros reclusos relacionados con la familia de sus víctimas, los investigadores reconstruyen un doble crimen con el telón de fondo de un fuerte enfrentamiento familiar más complejo que una simple venganza.

El autor del tiroteo de Aranjuez practicó con la escopeta antes de disparar a sus víctimas
Familiares de las víctimas del tiroteo en Aranjuez

Lo que van descubriendo los especialistas de la Policía es que el asunto arrancó tras el abandono de Celes, la ex mujer de ‘Juanín’, del domicilio familiar hace ya meses. Huyendo de unos supuestos malos tratos, Celes rompió con todo dejando a los hijos a su cargo para empezar una nueva vida junto a un miembro de la familia rival.

Ahí comenzó ‘Juanín’ a sentirse agraviado y a rumiar una venganza que desembocaría en tragedia, pues aunque la familia de Celes la rechazó por su “comportamiento” contrario a las creencias de su etnia, él no sentía que solucionaran su agravio.

Y, poco a poco, la tensión entre la madre y las hermanas de Celes, ahora asesinadas, fue creciendo entre reproches de unas y amenazas de muerte por parte de un ‘Juanín’ que juraba venganza. En ese contexto alarmante es cuando hace semanas se hace con una escopeta ‘full’ en argot policial que supuestamente le facilitaría un hermano y se dedica a practicar el tiro con la escopeta que finalmente usó para cometer los dos crímenes

Los investigadores no han hallado de momento ni un sólo indicio de que la persona que le facilitó el arma lo hiciera a sabiendas de que se iba a usar en el doble crimen, pero sí de que ‘Juanín’ comenzó a cocer a fuego lento su venganza anunciada también redes sociales con mensajes crípticos como “el pecado se paga con la muerte”.

Enésimo enfrentamiento

La misma tarde del crimen, ‘Juanín’ tuvo el enésimo enfrentamiento con la familia de su ex mujer, la convivencia entre los dos bandos con las viviendas separadas por un pequeño patio se hacía insoportable. Él responsabilizaba de su destino a la familia de Celes y sólo faltaba un chispazo para que la situación saltara por los aires.

Ocurrió unas horas después, alrededor de las 22:00 horas. ‘Juanín’ insultó a las hermanas de Celes y éstas le llamaron cornudo. A continuación, sacó una escopeta por la ventana y efectuó un disparo al aire que no consiguió el efecto que esperaba, luego apuntó y disparó desde 3 metros de distancia sobre la familia de su ex mujer. El patriarca y los niños pudieron escapar, Lisette cayó fulminada por las postas, su madre fue herida de gravedad en una pierna y, cuando la pequeña Montse fue a socorrer a su hermana Lisette, recibió otro disparo mortal.

En medio de la tragedia, los familiares del agresor se apresuraron a cargar todo lo que pudieron en sus furgonetas y huyeron de Aranjuez. ‘Juanín’ pidió un negociador, y la Policía le convenció para que se entregara. En esos momentos posteriores a la matanza, los patriarcas de ambos clanes se volcaron en intentar sacar de la zona de guerra a varias mujeres y niños atrapados en los matrimonios cruzados entre las dos facciones. Inundaron la centralita policial de llamadas denunciando falsos secuestros de mujeres a manos del clan contrario para forzar a la policía a buscarlas y ponerlas a salvo.

Los policías de la comisaría de Aranjuez se apresuraron en comprobar las denuncias hablando una a una con las mujeres, que negaron los secuestros certificando que estaban a salvo. EL dispositivo policial hizo el resto impidiendo enfrentamientos.

En comisaría, ‘Juanín’ se negó a declarar con la policía, más tarde, ya ante la juez admitió ser el autor de los disparos. Celes, rechazada por su familia no pudo acudir al entierro de sus hermanas y sólo algunos de los que ahora claman venganza se preguntan si hicieron todo lo posible para evitar la tragedia. ¿Por qué nadie de la familia de Celes denunció los supuestos malos tratos que sufría antes de que ella decidiera abandonar su hogar? Durante meses de amenazas de muerte. ¿Por qué nadie de la familia de las víctimas denunció a la Policía que el agresor se escondía frente a su propia casa estando en busca y captura? ¿Cómo pudo alguien del círculo familiar de ‘Juanín’ facilitarle una escopeta sabiendo de su resentimiento y ganas de venganza?

Unos y otros, cuando se les pregunta, se justifican en que sus tradiciones les impiden denunciar a los miembros de su etnia. Unos principios o tradiciones que cada vez comparte menos el colectivo gitano.

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