La educación, en constante cambio

¿Qué pasaría si la semana escolar fuese de 4 horas?

colegio niños
¿Sería positivo reducir las horas de colegio?

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Hay un libro bastante famoso de Tim Ferriss “La semana laboral de 4 horas”, que nos habla de cómo reducir la jornada laboral a 4 horas semanales, ganando lo mismo, pero optimizando el tiempo y así poder descansar y disfrutar más de la vida. El libro reflexiona sobre la productividad y ofrece herramientas como el principio de Pareto, la ley de Parkinson, la eliminación de lo superfluo, delegación y automatización de tareas. Se trata de gestionar el tiempo para tener más vida que el trabajo.

Por ejemplo, la ley de Pareto afirma que el 80% de los resultados se obtienen en el 20% del tiempo, o que el 80% de los ingresos vienen del 20% de los clientes. Propongo un ejercicio a los lectores para que lo comprueben en su propio día. Si nos centramos en ese 20% de la jornada en la que somos más productivos, estaremos optimizando muchísimo nuestro tiempo. La ley de Parkinson, por su parte, dice que las tareas tienden a extenderse todo el tiempo disponible, por lo que, si reservamos menos tiempo para una tarea, la terminaremos antes.

Aparte de estos “hacks” de productividad, incide mucho en la mentalidad. Tener claros los objetivos y los resultados que queremos obtener nos permite enfocarnos y no perder el tiempo en tareas irrelevantes y en distracciones. El primer esquema mental que hay que romper es el de que es obligatorio estar un número de horas determinado “calentando sillas” en el puesto de trabajo. El profesional que es capaz de hacer más trabajo en menos tiempo debería estar mejor pagado, no al contrario. Si un consultor nos arregla un tema en una hora, al menos debería cobrar lo mismo que otro al que le lleve una semana, aunque, en mi opinión, ¡debería cobrar más!

El presentismo obliga a gastar un tiempo precioso, además de en los desplazamientos, en llenar unas horas de obligado cumplimiento, sin tener en cuenta que el tiempo es, sin dudarlo, el recurso más caro, porque es insustituible, irreemplazable y nadie te lo va a devolver. Durante la pandemia, muchos que nos vimos obligados a trabajar desde casa comprobamos cómo podíamos desarrollar lo mismo (o más) en mucho menos tiempo sin tener que cumplir con los rituales o rutinas de los centros de trabajo. Claro que está bien tener contacto presencial con los compañeros, pero según la regla del 80-20, podría reducirse a un solo día a la semana. Obviamente hay trabajos que exigen presencia continua, como los vigilantes, trabajos manuales o industriales, cocineros, etc., que no podrían reducir tanto, pero incluso en esos casos, hay tareas y funciones que se podrían agrupar para favorecer la no presencialidad.

Es posible hacer lo mismo con el colegio. Es posible obtener los títulos de secundaria y bachillerato con una asistencia mínima de 4 horas a la semana. El profesor que consigue que entendamos un concepto en diez minutos en vez de gastar una hora, nos está haciendo un regalazo. De lo que tengo algo de duda es de que pueda hacerse en el sistema educativo español, en el que todo está tan regulado y las autoridades exigen cierto número de horas lectivas anuales. ¿Y si un estudiante no necesita tantas para asimilar la materia? ¿Y si ya está preparado para encarar un examen final de la materia?

Aquí entran en juego dos conceptos: el de personalización y el de autoeducación. La personalización educativa supone que cada alumno tiene capacidades, intereses y ritmos distintos, en distintos momentos, y se adapta individualmente a cada uno. La autoeducación supone la capacidad de aprender por uno mismo, tan pronto como esté preparado (independientemente de la edad y teniendo en cuenta las circunstancias). En este sentido recomiendo mucho ver un vídeo de Jaime Altozano en YouTube, en el que habla sobre su experiencia en el sistema educativo. Él odiaba las matemáticas y escapaba de las clases, aunque en ese tiempo, se dedicaba a leer libros, y dio con uno que entendió tan bien, que acabó haciendo la carrera universitaria de Matemáticas.

¿Quiere decir esto que cualquier estudiante obtendrá los títulos dedicando solo 4 horas a la semana? Obviamente hablamos no de dedicación, sino de asistencia al colegio. La escuela tradicional, en España al menos, cumple dos funciones principales. La primera es custodiar a los niños mientras sus padres trabajan. Si no necesitas esta función, teóricamente podrías prescindir de tener a tus hijos institucionalizados de 9 a 14 en el mejor de los casos (hay horarios extendidos con extraescolares incluidas en las que los menores permanecen en los centros de 8 a 8). No hay razón para llenar todas esas horas con repeticiones absurdas y trabajo extra. Se pueden reducir muchísimo los contenidos.

La segunda función es obtener un título oficial que refleje que se han adquirido los estándares fijados por las autoridades educativas de un territorio concreto (en el caso de España, la Comunidad Autónoma de residencia). Aparentemente estos títulos oficiales que adquirimos en el colegio van a determinar en qué vamos a trabajar, o el salario al que vamos a poder acceder. Entonces, se trata de una función “clasificatoria” más que formativa en sí.

En el sistema británico, los alumnos pueden formarse independientemente de la asistencia a un colegio. La secundaria se puede obtener con la realización de 5 exámenes oficiales (los GCSE) en las materias de English, Science, Maths, Spanish y Geography. Concentrando el esfuerzo en estas materias, e independientemente de la edad, se consigue el título de Secundaria Obligatoria.

El caso del Bachillerato es aún más específico, pues se eligen 3 materias que ya encaminan el acceso al siguiente nivel, bien sea profesional o universitario. Son los A-Levels. Un estudiante interesado en la carrera de Psicología debe preparar un temario (típicamente en dos años) para superar un examen de asignaturas afines (por ejemplo, Psicología, Economía e Inglés). Tutores especialistas pueden impartir las asignaturas y solucionar dudas durante 4 horas semanales. El resto lo hace el alumno por su cuenta, a su ritmo y con total flexibilidad horaria.

Mercedes Gil es profesora y directora del colegio British Montessori Murcia

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