La placenta posible clave en defectos cardíacos congénitos
Los defectos cardíacos congénitos son la forma más común de malformación congénita en los seres humanos
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Los defectos cardíacos congénitos son la forma más común de malformación congénita en los seres humanos, pero aún no se comprende del todo qué los causa. Investigaciones anteriores habían sugerido que algunos defectos cardíacos podrían ser provocados por problemas con la placenta, el órgano que proporciona oxígeno y nutrientes al embrión en desarrollo.
La placenta es un órgano que se forma en el vientre o útero durante un embarazo. Está conectada al bebé en desarrollo por el cordón umbilical, que es una estructura similar a un conducto. A través del cordón umbilical, la placenta le da oxígeno y nutrientes al bebé en desarrollo. También elimina los desechos de la sangre del bebé.
Ahora, se ha descubierto que un tipo concreto de proteína desempeña un papel clave en el transporte de ácido cítrico, un metabolito importante cuyos derivados pueden afectar la expresión genética, a diferentes regiones de nuestras células. Sin embargo, no estaba claro cómo la pérdida de la proteína podría estar relacionada con los defectos cardíacos congénitos. Al alterar esta proteína en diferentes tejidos en ratones en desarrollo, los investigadores han demostrado que esa pérdida no afecta directamente al corazón en desarrollo. En cambio, conduce a problemas con el crecimiento de la placenta y esto, a su vez, causa defectos cardíacos en los ratones.
Los investigadores utilizaron herramientas de edición genética para producir embriones de ratón que carecían por completo de la proteína SLC25A1. Como era de esperar, estos embriones desarrollaron defectos cardíacos. Sin embargo, también tuvieron problemas con sus placentas, que eran más delgadas de lo habitual.
«Un número cada vez mayor de estudios en ratones ha sugerido que la placenta está involucrada en la regulación del desarrollo del corazón embrionario. Sin embargo, la base molecular de esta relación no estaba clara», explica el profesor Zhongzhou Yang de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nanjing, cuyo grupo de investigación llevó a cabo el estudio.
El equipo de investigación quería explorar esta posible relación entre los defectos placentarios y los defectos cardíacos. Para identificar en qué parte del embrión se necesita la proteína, decidieron eliminar la SLC25A1 de tejidos específicos, en lugar de simplemente interrumpirla en todo el embrión. Primero, crearon embriones de ratón que carecían de la proteína SLC25A1 sólo en su corazón en desarrollo.
Sorprendentemente, estos ratones no desarrollaron defectos cardíacos, lo que sugiere que esta proteína no desempeña un papel importante en las células cardíacas. En cambio, cuando los investigadores generaron ratones que carecían de la proteína SLC25A1 sólo en su tejido placentario, descubrieron que los ratones desarrollaban tanto defectos placentarios como defectos cardíacos. Esto sugirió que la SLC25A1 desempeña un papel clave en el desarrollo de la placenta y, si el desarrollo placentario va mal, pueden producirse defectos cardíacos como resultado.
«Mostramos que la administración de PSG1 humana a ratones preñados mejora los defectos placentarios y cardíacos en embriones que carecen de SLC25A1», señala el profesor Yang. «Por lo tanto, el PSG1 podría convertirse en un fármaco potencialmente eficaz para ayudar a mejorar el desarrollo placentario y cardíaco del feto en el útero». Si bien es necesario realizar más investigaciones, estos hallazgos podrían conducir al desarrollo de una nueva estrategia de tratamiento para prevenir los defectos cardíacos congénitos en fetos que presentan problemas placentarios.