Hábitos de comida diferentes a tu pareja
Si tienes hábitos de comida diferentes a tu pareja, debes saber que eso no tiene por qué ser un obstáculo en tu relación. Aquí te damos algunos consejos.
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Ya sea por motivos de salud, culturales o de preferencias personales, las parejas tienen distintos hábitos alimenticios. Puede ser difícil evitar que haya discusiones por este tema. Pero las diferencias en los hábitos de comida no tienen que significar el fin de una relación. Hay que entender que el cuerpo de las personas es distinto y esto significa también dietas distintas. Las diferencias en gustos son lo que enriquecen la relación y la vuelven única. Hay una serie de consejos que se pueden seguir para mejorar la convivencia y superar estas diferencias.
Respetar los hábitos de comida de la otra persona
Para que una relación sea duradera debe prevalecer el respeto. Si dos personas decidieron compartir sus vidas en pareja, deben respetar las preferencias del otro. Si se quiere un ambiente de armonía, las burlas y ridiculizaciones no tienen cabida bajo ningún motivo.
Compartir tiempo al cocinar
Compartir tiempo en la cocina cuando se tienen hábitos de comida distintos puede ser beneficioso. De esta situación se puede aprender nuevas preparaciones, técnicas culinarias y conocer nuevos sabores. Cocinar en pareja, permite que ambas personas se sientan más cercanas.
La comunicación es la clave
Ambas personas deben expresar sus necesidades y escucharse con respeto. Esto es importante para poder planificar con antelación los alimentos que se necesitaran comprar para las comidas. Además, es bueno conversar sobre cuáles son los restaurantes que ambos pueden visitar o plantear alternativas.
Crear un equilibrio entre ambos
A veces para que haya armonía, alguna de las dos personas deberá ceder un poco. Sin embargo, es importante que la dieta de cada persona se respete. Vivir en pareja no significa que las dos personas tengan que ser iguales.
Cocinar variaciones de un mismo plato
Cocinar dos menús no siempre es la mejor opción, ya que requiere más tiempo, esfuerzo y dinero. Una mejor alternativa consiste en preparar variaciones de un mismo plato. Por ejemplo, si una persona es vegetariana y la otra no, se puede preparar un plato base con vegetales y después se le agrega algún tipo de carne. De esta forma, ambos paladares quedan satisfechos.
Ir a un nutricionista
Puede ser beneficioso que ambas personas acudan a un nutricionista. Aunque como hemos visto anteriormente, son distintas las razones para seguir una determinada dieta. Sin embargo, no conviene descuidar la salud. Un nutricionista dará una serie de consejos y sugerirá una dieta que se ajuste a las exigencias y al cuerpo de cada persona.
Si ves las diferencias en los hábitos de comida como una oportunidad para aprender, el camino se vuelve más ameno y divertido. Comunícate con tu pareja, sé respetuoso, plantea soluciones, y seguramente todo será un éxito.
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