El embarazo reduce la sustancia gris en el cerebro de la madre pero mejora el vínculo con el bebé

Los autores: "Nuestro objetivo era llenar el vacío y comprender los cambios neurobiológicos durante el embarazo"

Embarazo sustancia gris
Mujer embarazada haciéndose una ecografía.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

Fact checked

×

Este artículo de OkSalud ha sido verificado para garantizar la mayor precisión y veracidad posible: se incluyen, en su mayoría, estudios médicos, enlaces a medios acreditados en la temática y se menciona a instituciones académicas de investigación. Todo el contenido de OkSalud está revisado pero, si consideras que es dudoso, inexacto u obsoleto, puedes contactarnos para poder realizar las posibles modificaciones pertinentes.

El embarazo es un período de profunda transformación en la vida de una persona, marcado por rápidas adaptaciones fisiológicas para preparar el cuerpo para la maternidad, un hecho ampliamente conocido. Sin embargo, lo que aún sigue siendo un enigma es cómo los drásticos cambios hormonales del embarazo afectan al cerebro. Investigadores del laboratorio de la profesora Emily Jacobs, en la Universidad de California en Santa Bárbara (Estados Unidos), han hecho importantes avances en esta área poco estudiada, al publicar el primer mapa del cerebro humano durante el embarazo en un artículo reciente en Nature Neuroscience.

«Queríamos observar la trayectoria de los cambios cerebrales específicamente dentro de la ventana gestacional», explica Laura Pritschet, autora principal del artículo. Hasta ahora, los estudios previos habían capturado imágenes del cerebro antes y después del embarazo, pero nunca se había documentado su evolución durante esta etapa de transformación.

El equipo analizó el cerebro de una madre primeriza cada pocas semanas, desde antes del embarazo hasta dos años después del parto. Los datos se han conseguido en colaboración con el equipo de Elizabeth Chrastil en la UC Irvine (Estados Unidos), revelaron cambios en la materia gris y blanca del cerebro a lo largo de la gestación. Esto sugiere que el cerebro tiene una capacidad de neuroplasticidad asombrosa, incluso en la adultez.

¿Qué es la sustancia gris del cerebro?

La sustancia gris del cerebro es una parte crucial del sistema nervioso central y se compone principalmente de los cuerpos celulares de las neuronas, sus dendritas y células gliales. Es la región del cerebro que está involucrada en el procesamiento de la información y en funciones como el control motor, el procesamiento sensorial y el pensamiento.

La sustancia gris se encuentra en la superficie del cerebro, formando la corteza cerebral, y también en los núcleos internos del cerebro, como los ganglios basales. A diferencia de la sustancia blanca, que está formada por las fibras nerviosas mielinizadas (axones), la sustancia gris contiene principalmente las partes activas de las neuronas donde ocurren las conexiones y la transmisión de señales.

Imágenes de alta precisión

El uso de un método de obtención de imágenes de alta precisión permitió a los investigadores observar con gran detalle la reorganización cerebral dinámica de la participante. Este enfoque complementa estudios previos que habían comparado cerebros de mujeres antes y después del embarazo. Como explican los autores, «nuestro objetivo era llenar el vacío y comprender los cambios neurobiológicos que ocurren durante el embarazo».

Uno de los hallazgos más notables fue la disminución del volumen de la materia gris cortical, la parte externa y arrugada del cerebro, que se redujo a medida que aumentaba la producción de hormonas durante el embarazo. No obstante, los científicos subrayaron que esta reducción no es necesariamente negativa. De hecho, podría representar un «ajuste fino» de los circuitos cerebrales, similar a lo que ocurre en la adolescencia durante la pubertad, cuando el cerebro se vuelve más especializado. Es probable que el embarazo sea otro periodo de refinamiento cortical.

Ester Muñoz y su equipo realizaron un exhaustivo conjunto de análisis que proporcionaron nuevos conocimientos sobre la plasticidad del cerebro adulto durante esta etapa, señala Jacobs.

Además de la disminución en la materia gris, los investigadores observaron un aumento en la materia blanca, que se encuentra en zonas más profundas del cerebro y facilita la comunicación entre diferentes regiones cerebrales. Aunque la reducción de la materia gris se mantuvo después del parto, el aumento de la materia blanca fue temporal, alcanzando su punto máximo en el segundo trimestre y regresando a los niveles previos al embarazo hacia el momento del parto. Este tipo de cambios nunca se había capturado con las exploraciones previas, lo que proporciona una mejor comprensión de la dinamización del cerebro en un corto período de tiempo.

«El cerebro materno atraviesa un cambio coreografiado a lo largo de la gestación, y finalmente podemos observar cómo ocurre», destaca Jacobs. Estos descubrimientos sugieren que el cerebro adulto es capaz de atravesar periodos prolongados de neuroplasticidad, cambios que podrían facilitar adaptaciones conductuales relacionadas con la crianza.

Investigación nerurológica

Pritschet también enfatizó que el embarazo no debería ser visto como un tema marginal en la investigación neurológica, ya que más del 85% de las mujeres experimentan uno o más embarazos a lo largo de su vida. Comprender los cambios cerebrales que ocurren durante este proceso no solo ampliará el conocimiento sobre la neurociencia del embarazo, sino también sobre el funcionamiento del cerebro en general, incluyendo el envejecimiento.

Este nuevo conjunto de datos de acceso abierto es un punto de partida para futuros estudios que investiguen si la magnitud o el ritmo de estos cambios cerebrales pueden ofrecer pistas sobre el riesgo de padecer depresión posparto, una condición que afecta a una de cada cinco mujeres. «Aunque ahora existen tratamientos aprobados para la depresión posparto», afirma Pritschet, «la detección temprana sigue siendo un desafío. Cuanto más aprendamos sobre el cerebro materno, mayores serán las posibilidades de ofrecer alivio».

«Expertos en neurociencia, inmunología reproductiva, proteómica e inteligencia artificial están uniendo fuerzas para descubrir más que nunca sobre el cerebro materno», concluye Jacobs. «Juntos, tenemos la oportunidad de abordar algunos de los problemas más urgentes y menos comprendidos en la salud de las mujeres».

Lo último en OkSalud

Últimas noticias