Dra. Monica Gandhi : «Las pandemias modifican la conducta sexual»
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Monica Gandhi codirige el Servicio de Consultas de VIH/DI en el Hospital General de San Francisco (SFGH) es directora asociada de la beca de investigación clínica de la Universidad de California en San Francisco. Recientemente ha estado en Madrid para hablar sobre VIH, población vulnerable, enfermedades de transmisión sexual y la explosión y declive de contagios de viruela símica («monkeypox» o «mpox» en la denominación preferida por la Organización Mundial de la Salud) en el marco del encuentro científico HIBIC.
PREGUNTA.- ¿Son siempre iguales los síntomas de la viruela símica?
RESPUESTA.- Cuando se ha contraído por exposición zoonótica se parece a la viruela, con vesículas o lesiones en la piel que se van secando y se presentan en el lugar en el cual se ha producido el contacto. También cursa con fiebre y linfadenopatía (aumento del tamaño de los ganglios linfáticos). En el contexto del reciente brote mundial de 2022, los síntomas más frecuentes han sido lesiones anales y genitales con síntomas sistémicos como fiebre y malestar, que se han observado aproximadamente en el 60% de las ocasiones.
P.- Según su investigación en este campo, ¿cuáles son los factores que le llevaron a la conclusión de que la transmisión por contacto sexual era la forma dominante de mpox?
R.- En el brote de 2022, que se extendió por todo el mundo, la inmensa mayoría de los casos se presentaron en hombres (98-99%) de los cuales el 95% tenía una actividad sexual similar. La salud pública bien entendida implica comprender cuál es la población que está en mayor situación de riesgo (en este caso, hombres homosexuales y bisexuales) y dirigir los mensajes, los recursos y las vacunas a ese grupo. Aún diría más: se ha identificado virus mpox en muestras anales y de la uretra como principal fuente de transmisión, lo que hace pensar que este brote en particular ha sido de contagio sexual.
P.- Cuando se habla de enfermedades de transmisión sexual, ¿hace la pandemia que cambie el comportamiento?
R.- Es posible que haya habido un cambio en el comportamiento sexual que haya contribuido a reducir el número de casos a partir de agosto de 2022 (el brote comenzó en mayo de ese año), además de la contribución de la inmunidad natural de la población masculina homosexual y la vacunación. Es probable que los hombres evitaran mantener relaciones sexuales cuando las lesiones de la piel estaban activas, y eso podría haber reducido la transmisión.
P.- Una de sus especialidades es el VIH, ¿cuáles diría han sido los principales avances en este campo en los últimos años en cuanto a tratamientos?
R.- Las terapias antirretrovirales (ART) de larga duración y los medicamentos preventivos (PrEP) son dos campos que crean gran expectación. Ahora estamos intentando que se extienda el uso de ambos en las poblaciones que más los necesitan, incluyendo a las personas que tienen dificultades para tomar píldoras a diario.
P.- ¿Y qué retos quedarían por resolver?
R.- Aún tenemos aproximadamente una tasa de supresión viral del 65% en el mundo para las personas que viven con VIH y toman terapia antirretroviral, especialmente en países en los que los recursos son escasos y el acceso a los tratamientos está muy limitado. Somos conscientes de que la terapia ART diaria aún no es fácil para algunos pacientes, y eso es un reto. Aún queda mucho por hacer para llegar a todas las personas y conseguir un 95% de supresión viral entre la población tratada a la altura de 2030, que es uno de los objetivos de UNAIDS (el programa conjunto de las Naciones Unidas para el VIH/sida).
P.- ¿Sería realista decir que, tras las pandemias, se produce un cambio cultural en cuanto a la importancia que se concede al desarrollo de nuevas terapias para enfermedades infecciosas?
R.- Sí, sin duda. El VIH fue un ejemplo de desarrollo de antivirales que cambió el curso de una epidemia. Las vacunas y antivirales para el SARS-CoV-2 transformaron el curso de la última que hemos vivido. Creo que los avances en biomedicina podrán desarrollarse con rapidez para responder a la próxima.
P.- Una de las «lecciones de la pandemia» es que posiblemente no será la última, y los expertos se inclinan por recomendar que nos preparemos para la siguiente ¿Cuáles serían las prioridades para hacerlo?
R.- Los avances en vacunas y terapias. Ahora tenemos la capacidad de desarrollarlos rápidamente para la próxima pandemia. No obstante, también necesitamos incrementar la confianza en la salud pública entre la ciudadanía. En un libro para la Cínica Mayo sobre la pandemia propongo un plan de respuesta que incluye la vacunación en términos de igualdad para suavizar las restricciones, hacer hincapié en la educación y la reducción del daño más que en las medidas coercitivas, fomentar la actividad al aire libre, reabrir los colegios, minimizar los confinamientos, desalentar las medidas inefectivas, reevaluar mediante pruebas de diagnóstico a medida que la pandemia avanza, extender el tratamiento y la profilaxis y (volviendo al inicio)… prepararse para la próxima.