Fin de las vaciones

Claves para afrontar la vuelta al trabajo después de las vacaciones

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Presentismo y absentismo laboral

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Tras unas semanas de descanso, toca trabajar de nuevo. Pero no debemos ver la vuelta al trabajo como una carga sino como un periodo de oportunidades lleno de nuevos retos profesionales.

Volver poco a poco y tomarnos esta vuelta con calma son las bases para evitar el estrés y no caer en el temido síndrome postvacacional. Toma nota de estos consejos para que la vuelta al trabajo no sea tan dura:

Establecer unas rutinas y horarios

Si durante las vacaciones nos hemos levantado más tarde y las cenas han sido interminables, unos días antes conviene seguir la rutina que llevábamos antes del descanso. De esta manera, si nos vamos a dormir pronto el día de ir a trabajar no nos costará tanto.

Ponerse al día antes

No se trata de trabajar antes de lo que te toca, pero si revisamos correos los días previos a la incorporación y realizamos un calendario de las prioridades, pues seguramente el trabajo sea más ágil.

Tomárselo con calma

Tras las vacaciones necesitamos un tiempo de adaptación para emprender de nuevo las tareas diarias. Es normal que durante los primeros días estemos algo abrumados, pero todo esto puede resolverse si nos tomamos con calma nuestra incorporación. Es mejor ir más despacio que correr, acumular tareas y hacerlo mal.

Planificación y organización

Ante todo, para que las tareas vayan saliendo, aconsejamos tomarse una o dos mañanas para organizar y planificar el nuevo año, o al menos los próximos meses.

Tómate descansos

Como ya hemos destacado, no es bueno entrar de golpe porque entonces nos invadirá el estrés y la depresión y nos encontraremos mal. Durante los primeros días realizaremos descansos, luego podemos ir al gimnasio o bien relajarnos en casa.

Pensar en positivo

Las vacaciones han estado muy bien, pero ahora toca afrontar nuevos retos profesionales. La actitud positiva puede salvarnos del tan temido síndrome postvacacional. Debemos fijarnos objetivos, crear planes y acción, y establecer toda clase de planificaciones que nos sirvan de motivación para afrontar la llegada al trabajo mejor y con ilusión y humor.

Redecora la oficina

Quizás con un nuevo espacio de trabajo todo se vea de otra manera. Ordena tu mesa, tira papeles, cambia de escritorio, pon nuevas fotos, da color al espacio… todo lo que sea motivador para seguir con el trabajo diario.

Meditación

Antes de incorporarnos a la oficina y después, conviene meditar. No solamente nos ayudará a relajarnos si no también a prepararnos para las reuniones y para saber qué podemos hacer mejor.

 

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