La asistencia compartida mejora exponencialmente la asistencia a pacientes quirúrgicos graves
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El trabajo en equipo correctamente coordinado cuando hablamos de pacientes que tienen alguna patología –crónica o no– siempre es imprescindible. No sólo porque elevan la calidad de la atención sociosanitaria, sino porque, además, también los grupos interdisciplinares tienen la capacidad de dar respuesta a situaciones médicas complejas al tener una visión global del problema. A nivel asistencial, además, esta coordinación es aún más interesante porque se trata de dar a los pacientes la mejor atención en el día a día y no sólo en momentos puntuales.
Sobre ello, por ejemplo, pone el foco el documento ‘Análisis de las interconsultas hospitalarias al departamento de Medicina Interna’ publicado en la Revista Clínica Española, ya que se considera que se trata de un hecho probado que la colaboración entre disciplinas como respuesta a los problemas sobrevenidos genera una asistencia fragmentada y tardía con el detrimento en la calidad asistencial que ello conlleva. Frente a este modelo, explica el mismo análisis, se ha desarrollado el modelo de asistencia compartida entre los servicios con pacientes quirúrgicos y pluripatológicos y los médicos hospitalarios, por lo común, del Servicio de Medicina Interna.
Igualmente, la asistencia compartida está avalada por distintos estudios tanto europeos como norteamericanos.
La importancia y los resultados de esta colaboración tiene varios años de evolución, tal y como se recoge en varios trabajos científicos. Concretamente, el adecuado manejo perioperatorio del paciente es un factor que determina una disminución de la mortalidad y morbilidad postoperatorias.
Es más, se ha demostrado que la capacidad del equipo médico para identificar a los pacientes en peligro de complicaciones, la comunicación con el resto del equipo, así como la puesta en marcha de medidas de soporte y tratamiento de las complicaciones es el factor clave para evitar el fracaso en el tratamiento de las complicaciones postoperatorias.
Asistencia Compartida, un reto para la atención al paciente
Por ello, y teniendo en cuenta estas evidencias científicas, en junio del pasado 2020, es decir, en plena crisis sanitaria, la clínica Ruber Juan Bravo impulsó el conocido Programa de Asistencia Compartida -Comparte 2020- entre el Servicio de Cirugía General (Jefe de Servicio, Dr. Juan Carlos Meneu Diaz) y el Servicio de Medicina Interna (Jefa de Servicio, Dra. Marta Sanz García) con el objetivo de mejorar la atención a los pacientes quirúrgicos graves con comorbilidades.
En este modelo, el cirujano y el médico internista se ocupan conjuntamente de la asistencia del paciente durante todo su ingreso, previniendo la aparición de complicaciones y abordando su diagnóstico y tratamiento de forma precoz.
Tras un año de coordinación
Por ello, este verano de 2021, que se cumple un año de la puesta en marcha del programa, ambos servicios han hecho análisis y han puesto sobre la mesa cifras y resultados. Concretamente, de acuerdo con sus datos, se han atendido un total de 929 estancias hospitalarias en pacientes de Cirugía General, 12,33% más de altas que en el mismo período del año anterior. Por su parte, el peso medio (complejidad de casos) de los ingresos fue de 0,87, lo cual, por cierto, revela una alta complejidad de casos atendidos.
Por si parte, la estancia media fue de 3,41 días, con una reducción del 1,40% respecto al año previo, la estancia preoperatoria fue de 0,03 días y la tasa de reingresos fue del 0,95%, lo que supone una reducción del 26,54% respecto al año anterior.
El Dr. Meneu y la Dra. Sanz explican que «implantar un programa de este tipo en una situación como la que venimos sufriendo desde marzo de 2020, en plena pandemia, con lo que ha supuesto de reorganización de los servicios hospitalarios ha sido todo un reto, pero siempre resulta más sencillo cuando, como es el caso, se cuenta con el apoyo y el liderazgo de la dirección del Centro».