4 consejos para no engordar cuando dejamos de fumar
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Una vez que se consigue el difícil reto de dejar de fumar, el siguiente objetivo será no coger unos cuantos kilos de más. Mucha gente utiliza la comida como un sustitutivo de los cigarrillos, de ahí que engorden más de la cuenta. Ten en cuenta que el abandono de la nicotina influirá de manera importante sobre nuestras hormonas, sistema nervioso, sentido del olfato y del gusto, y en la capacidad de digerir bien los nutrientes de cada comida. El proceso de ‘desenganche’ también acarrea una serie de modificaciones en el aspecto psicológico. Se incrementan los niveles de ansiedad y de insomnio, utilizando la comida como un factor para contrarrestar los aspectos negativos. Los últimos estudios aseguran que uno de cada cinco españoles sufre problemas de obesidad, por eso hoy te damos 4 consejos para no engordar cuando dejamos de fumar.
Evitar consumir tantas calorías
Al abandonar el tabaco lo más probable es que adquiramos una serie de hábitos poco recomendables como puede ser la ingesta de una mayor cantidad de calorías que se asocia en cierta manera con una vida sedentaria. Los que hayan dejado los cigarrillos sabrán de sobra que durante esta fase se incrementa el consumo de alimentos ricos en grasas, azúcares y sal, dejando de lado aquellos que nos aporten minerales, vitaminas y otros micronutrientes. Intentaremos reemplazar los dulces por frutas, verduras, cereales integrales y frutos secos. También es preciso que controles el tamaño de las porciones. Para ello tomaremos como referencia el tamaño de nuestra mano. Intentaremos que la cantidad de comida no rebase en ningún momento esta cantidad.
Controlar la ansiedad
Cuando somos víctimas de la ansiedad, algo muy frecuente cuando dejamos el tabaco, hay una tendencia a comer de manera compulsiva, casi sin control y sin darnos cuenta de todo lo que metemos en la boca. Este comportamiento contribuye a generar un sobrepeso. Lo mejor es realizar respiraciones bien profundas y evitar en todo momento las situaciones de estrés. Cuando quieras comer algo lo mejor es que suprimas de tu despensa los dulces y apuestes por meter en el frigorífico todo tipo de frutas.
Hacer ejercicio todos los días
Es necesario realizar a diario al menos media hora de ejercicio físico, que puede ser corriendo, andando o montando en bicicleta. Gracias al deporte conseguirás mantenerte activo y liberarás toxinas. Hay que huir en todo momento del sedentarismo. Sería un error muy grande quedarnos siempre quietos en un mismo lugar. Ten en cuenta que cuanto mayor sea la capacidad de aburrirnos, más fácil resultará que acabemos picando algo entre horas. Lo adecuado sería tener algún hobby que nos permitiese estar distraídos y estar fuera de casa el mayor tiempo posible.
Reducir el consumo de alcohol
Al igual que el tabaco no nos aporta nada, algo similar se podría decir del alcohol. Sólo contiene calorías vacías y tampoco merece la pena refugiarse en él cuando dejemos el hábito de fumar.
Es importante que en el caso de buscar un sustitutivo de los cigarrillos optemos por alimentos sanos como pueden ser las frutas.