El zafio Sánchez y demás gentuza
El principal defecto del sanchismo es presentar a su líder como una divinidad que reúne las cualidades idealizadas del hombre, cuando el gachó, en el mejor de los casos, es un cateto endiosado y ramplón. La debilidad del sanchismo reside en su fracaso para contestar las preguntas que le hacen los políticos conservadores, que respetan la Constitución. ¿Por qué el zafio Sánchez pacta con esos provincianos piratas, bilduetarras y catanazis, que sólo pretenden saquear España? ¿Por qué su coalición con comunistas de dibujos animados, pues hoy son nuevos ricos de risa, miente tanto, o más que su promotor? ¿Por qué nos gobiernan un maniquí sin luces más sus ministras de mercadillo, gentuza experta en empobrecer países, como Cuba y Venezuela?
A la gente llana que sólo quiere trabajar y vivir en paz, le ha tocado en las urnas un muñeco diabólico que les tritura a impuestos y, en el sorteo de las vulgaridades, un lote de hipertensas bolcheviques que lo único que saben hacer es complicarles la existencia y retrasar la recuperación de la economía, de la que depende la gente llana para ser feliz. Pero los inútiles son los que mandan, están de moda. Así nos va grosera, ineficaz e inevitablemente. La gente en el poder pasa de las necesidades reales del pueblo, promete ayudas a los damnificados por el volcán de La Palma y la sola ayuda que les llega es la del cínico Sánchez engullendo un plátano en la isla para satisfacer su ansia propagandística, que esconde en su inconsciente, a la espera de ser aclamado.
¿Otegi siente algo por las víctimas del terrorismo, arrepentimiento por los asesinatos que cometió ETA, o rechazo por los asesinos? Los sentimientos del vil etarra son comparables a los de Sánchez, pues ambos son seres amorales y fríos, aparte de socios. ¿Cómo puede el líder del sanchismo pregonar su pulcritud democrática cuando ha contratado a un colega que hiede, para seguir en el poder? A esta pregunta, también contesta Sánchez con un: “No sabe, no contesta”.
La transparencia cotiza al alza. Es un decir. Y si mi deseo se cumple, el zafio Sánchez y demás gentuza andan en vías de extinción.
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