Venga Sánchez, saca transparencia…

Venga Sánchez, saca transparencia…

El trastorno de personalidad narcisista que sufre Sánchez (“primero YO, luego YO y siempre, YO”) indica una carencia de empatía por los demás. Al maniquí le preocupa su ego, exclusivamente. Se mira en los espejos de Moncloa y se extasía, aunque vea lo mismo que la mayoría de la gente ve en él: a un tipo que abusa del poder político y que gobierna de forma totalitaria, sin limitaciones legales. Este sátrapa va a lo suyo. Tras librarse del indecente Iglesias, salió de las sombras y se erigió en el rey de bastos del 4M, humillando a Gabilondo, su muy noble candidato de quita y pon, para acabar difamando a Abascal y a Ayuso con un arsenal de sucias mentiras, pues Sánchez desconoce qué es jugar limpio. Lo más limpio que ha conocido semejante déspota y farsante a lo largo de toda su vida son las saunas gays de su suegro.

El único plan de recuperación que tiene tal inútil es una interminable campaña de autobombo para justificar sus delirios. Pero ya nadie le cree. ¿Cuándo dijo que había acabado con el virus? ¿Cuántas veces juró que en agosto estaríamos todos vacunados? ¿Cuántos grupos de expertos inventó con la intención de mentirnos? Venga Sánchez, saca transparencia… de tu caos y tus mil patrañas, o lee a Otto von Bismark: “Nunca se miente tanto como antes de unas elecciones”.

Dicho tirano cree tener respuesta para todo y en todo se equivoca. Prolonga los fracasos. Su plan de recuperación económica consiste en subir los precios del diesel y de la gasolina. Sube los impuestos cuando hay que bajarlos. Su inseguridad, su emotividad inestable, están necesitadas de unas largas vacaciones. Trabajar dos o tres días seguidos, le nublan la razón. Cuando le obligan a pensar más de la cuenta, el tirano no rige y pone cara de no saber de qué le hablan.

Ahora le ha entrado la manía de conquistar Madrid. Quiere acabar con Ayuso, mujer que odia a pesar de ser un presidente feminista. Es muy probable que acabe escayolado de cuerpo entero, pues el 4-M le va a dar un telele de aquí te espero. Pero en el Zendal será atendido como merece.

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