Unos Presupuestos equivocados
Este martes comenzará el debate de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). La ministra expondrá el proyecto de ley, tras el cual se desarrollará el debate con las intervenciones de los enmendantes. El Gobierno basa todo su discurso en que estas cuentas públicas son más sociales, más humanas, más equilibradas y que todo ello es compatible con el cumplimiento de los objetivos de déficit y deuda acordados con Bruselas y con un cuadro macroeconómico de robusto crecimiento y empleo.
Sin embargo, dicho proyecto dista mucho de contar con sólidos argumentos que avalen todas esas razones que, a buen seguro, esgrimirá de nuevo el Gobierno. ¿Por qué? Porque son muchos, por no decir todos, los que ponen en duda el cumplimiento de las cuentas presentadas por el Ejecutivo de Sánchez. Calculan un incremento de gasto y de ingresos que ya hace meses que la Comisión Europea dijo que no veía claros. Además, construyen el presupuesto sobre una senda de estabilidad que no es la correspondiente al proyecto que el Gobierno había diseñado, sino que es la senda que dejó aprobada el Ejecutivo del PP. ¿Qué quiere decir esto? Que el incremento de gasto en 5.000 millones de euros en techo de gasto no financiero y en 23.000 millones de euros en el gasto consolidado, no se corresponden con un objetivo de déficit del 1,3% del PIB, sino del 1,8% del PIB, que es el objetivo que contemplaba la senda rechazada por el Senado.
Por tanto, ¿cómo explica el Gobierno no ya sus previsiones de gastos e ingresos, sino que con la misma estimación de gastos e ingresos vaya a conseguir cumplir con un objetivo de déficit que es 5.000 millones inferior? ¿Cómo lo va a ajustar? Adicionalmente, ¿qué explicaciones ha dado a la Comisión Europea para responder a sus dudas sobre el cumplimiento de los gastos y de los ingresos? ¿Tiene preparada el Gobierno alguna alternativa para ajustar los gastos si los ingresos adicionales no se cumplen o es estructural, como parece, todo el incremento de gasto? Si esto fuese así, el riesgo de incumplimiento de déficit aumentaría, ya que los ingresos contemplados son excesivamente optimistas en cuanto a la recaudación estimada, por no hablar de la caída de actividad económica, empleo y recaudación que esa subida de impuestos provocará, caída de actividad económica y empleo que ellos mismos contemplan al rebajar, hasta en dos ocasiones, las previsiones del cuadro macro.
En definitiva, nos encontramos con un proyecto de Presupuestos que responde a viejas recetas de gasto público, que siempre han terminado fracasando, porque el dinero es limitado y sólo basan su poder en gastar el dinero de los demás. Eso, por no hablar de los acuerdos con Podemos y con los independentistas, a los que se les ofrecen una serie de contrapartidas en los Presupuestos para que el Gobierno pueda seguir en pie, con una debilidad enorme, rehén de los independentistas, pero comprando minutos de estancia en el poder. Son unas cuentas públicas malas para la economía española, de manera que sería deseable que no se aplicasen. Lo mejor que podría suceder es que fuesen devueltas al Gobierno.