Twitter, contra la libertad de expresión

Twitter, contra la libertad de expresión

Twitter, sobre todo, y Facebook, en menor medida, se han convertido en instrumentos de censura unidireccional, porque casi siempre apuntan hacia el mismo lado. La información del The New York Post en la que aparecen emails y documentos de Hunter Biden, hijo del candidato demócrata a la Presidencia de EEUU, Joe Biden, que probarían que el ex vicepresidente durante la administración Obama habría utilizado su cargo para beneficiar a la empresa ucraniana Burisma Holdings, a cuya junta pertenecía su mencionado hijo, fue censurada por la red social del pajarito, que de un tiempo a esta parte canta que es un primor.

La información publicada por el diario neoyorquino desvelaba que el hijo del hoy candidato demócrata maniobró para presentar al entonces vicepresidente Joe Biden a un ejecutivo de la ucraniana Burisma, empresa gasística que en ese momento -años 2015 y 2016- estaba siendo investigada por el fiscal general ucraniano, Viktor Shokin. Según el entorno de Trump, Joe Biden habría forzado la destitución del fiscal que investigaba a la empresa de su hijo mediante una llamada telefónica al mismísimo ex presidente de Ucrania Petro Poroschenko. Y como prueba del presunto nepotismo de Biden, el periódico publicaba una colección de correos electrónicos intercambiados entre Hunter Biden y Vadym Pozharskyi, también miembro de la junta de Burisma.

La información deja en una delicada posición a Joe Biden en plena campaña electoral, razón para que Twitter corriera en ayuda del candidato demócrata eliminándola de su red, mientras Facebook se limitaba a «reducir» su circulación. Casualmente, Twitter no impidió al New York Times compartir su noticia sobre el pago de impuestos del presidente Trump, de modo que parece obvio que la red social ha quebrado el principio de neutralidad para favorecer los intereses del candidato demócrata. Nada impediría a los máximos responsables de esta red social expresar públicamente su predilección por Biden, pero lo que está haciendo es amordazar por criterios partidistas a medios de comunicación que publican informaciones contrastadas y documentadas que afectan negativamente al rival de Trump en las próximas presidenciales.

A diferente escala, y en España, Twitter y Facebook han censurado a Vox mientras han dejado campar a sus anchas por la red comentarios que incitaban al odio provenientes de la izquierda. Parece que Twitter tiene una particular forma de entender la libertad de expresión: al progresismo, vía libre. A la derecha, censura en toda regla.

Por cierto, ¿dónde están los verificadores de la verdad tras la mordaza al The New York Post? 

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