De TV3 a ‘TV33’

TV3 independentismo

Muchos de ustedes sabrán que el «88» es la forma que muchos extremistas usan para decir Heil Hitler, dado que la «h» es la octava letra del alfabeto. Por imitación, algunos independentistas catalanes radicales usan el «33» para exigir una «Cataluña Catalana». O sea, una Cataluña libre de «españoles», de la lengua española y de todo aquello que estos extremistas odian. Quieren que Cataluña sea, a su imagen y semejanza, una tierra de exclusión en la que solo se hable catalán y en la que los catalanes no nacionalistas no tuvieran derechos políticos de ningún tipo, incluyendo el derecho al voto.

Recientemente, TV3 y Catalunya Ràdio, los medios de comunicación públicos del gobierno autonómico catalán, han cambiado su imagen corporativa. Desaparecen las marcas de TV3 y Catalunya Ràdio, que han pasado a ser englobadas por una común: 3Cat. Es un patético intento de lavar su imagen, a la manera de la convergencia pujolista que hizo varios rebrandings sucesivos, siendo Junts la enésima denominación del espacio político que lideró Jordi Pujol durante tres décadas y en la actualidad dirige Carles Puigdemont desde la localidad belga de Waterloo. El objetivo del cambio de marca es intentar disimular que los medios de la Generalitat han sido en la última década herramientas de agitación secesionistas. Han dejado de ser eficaces, porque se les ha visto demasiado el plumero. Si quieren volver a ser útiles para ensanchar la base del independentismo, tienen que intentar que se olvide su salvaje adhesión al procés, para que los espectadores y oyentes no separatistas que dejaron de ver la tele pública y escuchar la radio pública poco a poco se vuelvan a enganchar.

Quieren hacer creer al electorado catalán no separatista que los medios de la Generalitat han cambiado, que van a apostar por programas con menos carga política y más entretenimiento, para intentar captar nuevos espectadores. Han intentado disimular en los últimos meses provocando la salida de Pilar Rahola, o cambiando a un quemado Vicent Sanchis como director de la televisión pública por un personaje menos polémico como Sigrid Gras. Pero TV3 – y Catalunya Ràdio – por mucho que cambie su logotipo y su denominación, sigue siendo «TV33», o sea la televisión de la «Cataluña catalana», un medio de comunicación independentista al servicio de la causa separatista. De ahí que la radio y la televisión pública tengan entre su elenco de presentadores y colaboradores a unos cuantos defensores del «Puta España» como grito de guerra que difundir entre la juventud catalana para conseguir su desafección hacia lo que nos une a todos los españoles. O que tenga en nómina a independentistas que incitaban a los jóvenes catalanes a la agitación callejera y a quemar contenedores.

El cambio de actitud de TV3 es falso, y se ve que en realidad es «TV33» cuando gasta cada vez más dinero en alimentar a productoras externas dirigidas por activistas separatistas para que creen contenidos que consoliden un marco mental exclusivamente catalán, sin interferencias de todo lo que consideran «español». No se lo crean. Los medios de comunicación de la Generalitat están instalados en un Ho tornarem a fer permanente, porque siguen los mismos trabajadores y las mismas productoras que llenaron toda la parrilla de TV3 y Catalunya Ràdio de consignas independentistas.

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