Los tres wine bars de Madrid que no te puedes perder

Estamos todavía lejos de otros países, y en un consumo muy inferior respecto a nuestra enorme capacidad de producción, pero lo cierto es que en España el vino vive un momento dulce. Hay que mejorar las cifras, pero lo cierto es que los que bebemos lo hacemos con más exigencias, con más curiosidad y con un enfoque más curioso y gourmet. Por ello, de un tiempo a estar parte proliferan y triunfan los wine bars, espacios consagrados al disfrute del vino, pero también a su conocimiento y difusión.

Madrid, la capital gastronómica de España, es una ciudad en la que podemos encontrar ejemplos florecientes de este modelo de negocio en auge. Pioneros fueron, sin duda, locales como el chamberilero espacio Taberna Averías, que más de 400 referencias de vinos por copa y una carta de tapas de lo más apetecible. Imposible no mencionar a La Fisna, enclave de Lavapiés fundado a principios de 2016, con muchos vinos franceses, carta sencilla de picoteo y un ambiente agradable gracias a la calidez de sus anfitriones. Y claro está, no nos dejamos a La Canibal, otro lugar a la vera del Reina Sofia con excelentes vinos a granel y otras referencias más cuidadas que democratiza el mundo del vino y le quita caspa (que aún tiene mucho).

Para que vean lo bien que funciona el formato, que en Madrid hay tres nuevos wine bars que prometen funcionar como un tiro. El de ubicación más elegante y aspiracional es The Wine Shop, el último corner que se ha incorporado a Mad Gourmets en Galería Canalejas. Se trata de un pequeño espacio (12 m²) que tiene el mérito de reunir más de 200 referencias nacionales e internacionales de la máxima calidad. Y tiene una peculiaridad que lo hace totalmente único: posee la primera cava automática en altura del mundo. Con una altura de cinco metros, se ha creado ad hoc para este proyecto gracias a una fuerte inversión en I+D por parte de los socios. Diseñado en Sevilla y fabricado en la Villa y Corte, permite, cuidando el buen estado del vino, contar con una carta muy extensa a pesar del reducido espacio.

El sistema actúa como una especie de máquina expendedora: el personal indica a través de un software la botella que desea el cliente, y la cava empieza a rotar para entregársela. Además, no solo permite guardar el vino a la temperatura idónea, sino que también lo protege de cualquier tipo de bacteria gracias a su luz especial. The Wine Shop tiene en su pequeño interior cuatro modelos de negocio diferentes: despacho de vinos para degustar por copas, punto de venta de botellas —con horquilla de precios entre los 5,50 y los 8.000 euros—, tienda online —funcionará pronto— y un impresionante showroom para probar los mejores vinos. ¿Y de picar? Frutos secos del Líbano con diferentes aderezos: wasabi, trufa o ajo negro.

La sumiller y fundadora de La Parra (Pozuelo de Alarcón), Pilar Oltra, acaba de estrenar el espacio físico de su proyecto Vinology en Conde de Aranda. Empeñada que la mujer tiene cada vez más peso en un mundo que tradicionalmente era de hombres, da protagonismo a vinos especiales, de alma artesana y pequeñas producciones. En su coqueto y cálido local se pueden adquirir vinos e instrumentos para mimarlo, y disfrutar de una propuesta culinaria a base de buenas conservas, tablas de quesos y embutidos, algunas carnes y pescados y postres para redondear la experiencia.

Y si quieren calmar su apetito báquico en el norte de la capital, Chamartín acoge St Germain, otro wine bar de Madrid con alma de bistrot que ofrece una amplísima selección de vinos galos vinos y de productos escogidísimos de pequeños productores. Buen ambiente y buenos sabores para dar todo el protagonismo a lo bien que hacen las cosas nuestros vecinos, de los que tenemos bastante que aprender.