Sin los golpistas no eres nada, Pedro Sánchez
Las posibilidades de que a Pedro Sánchez le den los números para seguir en La Moncloa son remotas, pero, en cualquier caso, los separatistas catalanes ya han puesto precio a un hipotético apoyo: un referéndum de autodeterminación cuya fecha y pregunta deberían ser fijados antes de una eventual investidura. O sea, que no se fían. ERC, Junts per Catalunya y la CUP ultiman un acuerdo de mínimos con el que los independentistas unificarán su postura de cara a los próximos comicios y ese acuerdo pasa, sí o sí, por una consulta sobre la independencia. Descartada la lista conjunta, que se había llegado a plantear en algún momento tras los malos resultados que obtuvieron estas tres fuerzas en los comicios del pasado 28 de mayo, las tres formaciones han acelerado las conversaciones entre ellos para alcanzar un «acuerdo sobre cuándo Cataluña debe poder volver a ejercer el derecho a decidir». Aseguran en el entorno del presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, que «es la hora de volver a abrir camino, conscientes de las dificultades que nos encontraremos». Por tanto, cualquier posibilidad de que Pedro Sánchez vuelva, con permiso de la aritmética parlamentaria, a seguir siendo presidente del Gobierno pasa, obligatoriamente, por entrar por el aro del separatismo, que ha decidido unirse para imponerle unas condiciones mínimas.
Este es el contexto político: la continuidad en el cargo de Pedro Sánchez, en el caso de que tuviera una oportunidad de sumar con otras fuerzas parlamentarias, dependería más que nunca de los golpistas catalanes. Más de lo mismo, pero a lo bruto, para entendernos. De modo que la gobernabilidad de la izquierda estaría todavía más condicionada al apoyo de los etarras de Bildu y los sediciosos. Pedro Sánchez ataca al PP con el argumento de que su única posibilidad de llegar a la Moncloa pasa por gobernar con Vox, pero la única posibilidad de Sánchez de seguir en el poder es ponerse en manos de los enemigos de España.
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