Un ser funesto, intuye su ocaso

Un ser funesto, intuye su ocaso

Hablamos de un ser nocivo para una sociedad que cree en el estado de derecho. Hablamos de un tipo sin escrúpulos, ni principios, al que lo único que le importa es su fatuo ego. Somete todas sus decisiones enloquecidas a inmediata recompensa. Llegó al poder mintiendo, jurando que nunca pactaría con comunistas, separatistas y proetarras, y ahí sigue, en la Moncloa, con el apoyo de los que tanto renegaba. “Codicia -escribió Quevedo- no razón ni entendimiento, gobierna los afectos del sentido”. “El vuelo de las águilas, que miras debajo de las alas con las que vuelas, en tu caída cebarán sus iras”, apostilló un genio de nuestras letras.

Lo más abominable y peligroso que ha hecho el nocivo maniquí, fue incorporar a los comunistas al Estado, gentuza inútil que sólo busca enriquecerse con nuestros impuestos, porque el pueblo llano se la suda, sin preocuparles que millones de españoles no lleguen a fin de mes. El cruel decir del Gobierno de coalición, frente a la sexta ola: “Allá se las apañe cada cual”, delata su nula inquietud por el vulgo. Así son estos desaprensivos, van a lo que van, con un líder grillado que se inventó lo de la Cogobernanza para eludir responsabilidades. Sin embargo, hemos de reconocerle algunas virtudes. Es tan guapo como soso -a partes iguales- y ha batido varios récords, entre los que destaca el que España ostente el déficit estructural más alto de toda la Unión Europea.

Para esta Navidad les brindo una noticia que les hará soñar… Un ser funesto, intuye su ocaso. Agotado de mentir día tras día y aceptando que nada tiene tanto éxito como la apariencia del éxito, pues la vida cambia de continuo la expresión de la neurosis, sin cambiar sus ocultos mecanismos, usa su visión de lo que entiende por ética para manipular nuestras emociones y esconder las maldades cometidas, como ignorar al Rey, y a la Constitución, mofarse de los jueces, denigrar a la Policía y a la Guardia Civil, difamar a la prensa libre, no dar explicación de sus abusos a Transparencia y regalar millones, como si fueran turrón, a los enemigos de la nación española. Todo esto pesa en su frágil cerebro, hecho añicos. Ya no le quedan fuerzas ni para seguir mintiendo. Sabe, mejor que nadie, que unas próximas elecciones le sacarán del mapa político y de palacio.

Yo creía que estábamos en Nochebuena, pero parece ser que estamos en el día de los Santos Inocentes. Enrique Pérez, un histórico militante del PSOE, se ha dado de baja del partido en una dura carta que ha enviado a Sánchez. No, no es una inocentada, es lo que piensa un socialista de ley, por eso Pérez no se corta: “El camino fácil sería afirmar lo que muchos ciudadanos y analistas políticos opinan conmigo, que eres el Secretario General, más desideologizado, más narcisista, falaz y antidemocrático, que ha tenido el PSOE desde su fundación en 1879”. La brava misiva acaba con un: “Me despido ya, esperando que tengas un último gesto de dignidad, renunciando a tus responsabilidades, antes de llevar al país y al partido, al borde del abismo, recordándote esta gran frase de Sófocles, que te convendría aplicar: “Más vale caer con honor que ganar con fraude”. Para que luego digan los subvencionados por el ser nocivo, que lo único que sabe hacer OKDIARIO es calumniarle.

 

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