La trama del PSOE

Sánchez teme a Ábalos: el PSOE no se querellará contra él por el chivatazo que desveló en OKDIARIO

Ferraz evita la confrontación judicial con su ex ministro y ex jefe de máquinas tras sus explosivas declaraciones

Sánchez Ábalos

Pedro Sánchez ha optado por no impulsar una querella contra José Luis Ábalos después de que el ex ministro de Transportes y ex secretario de organización del PSOE confirmara que el presidente le reveló en septiembre de 2023 que la UCO investigaba a Koldo García. La decisión contrasta con la estrategia habitual del PSOE, que sí ha demandado en otras ocasiones cuando se han vertido acusaciones similares contra el jefe del Ejecutivo que considera que son falsas.

El silencio jurídico de Ferraz resulta especialmente llamativo ante la gravedad de las imputaciones. Ábalos ha acusado públicamente a Sánchez de lo que se podría calificar como un delito de revelación de secretos, penado con hasta siete años de cárcel, según ha confirmado en una extensa conversación en OKDIARIO. El ex ministro ha detallado que el presidente le informó personalmente el 28 de septiembre de 2023 en el Palacio de La Moncloa de que la UCO investigaba a su ex asesor.

Esta filtración se produjo cinco meses antes de que saltara el escándalo con la detención de Koldo García el 20 de febrero de 2024. La reunión, que se prolongó durante más de dos horas, tuvo lugar un día después de que Alberto Núñez Feijóo perdiera su primera votación de investidura en el Congreso de los Diputados.

Ferraz opta por la cautela

La ausencia de acciones legales por parte del PSOE contrasta con su comportamiento habitual. El partido ha presentado querellas por injurias y calumnias en múltiples ocasiones, incluyendo la reciente demanda contra Víctor de Aldama tras sus declaraciones en el caso Koldo. Sin embargo, ante las acusaciones de su antiguo compañero de la «banda del Peugeot», Ferraz ha optado por limitarse a negar los hechos.

El ministro Óscar López ha sido el encargado de desmentir con la boca pequeña las acusaciones, señalando de forma lacónica que Sánchez no avisó a Ábalos sobre la investigación policial. «No», ha declarado el ministro tras visitar un centro de investigación en Sevilla, cuando fue preguntado sobre el supuesto chivatazo.

Esta estrategia defensiva evidencia el temor del Ejecutivo a que una querella contra Ábalos pueda convertirse en un bumerán judicial. El ex ministro mantiene información comprometedora sobre el funcionamiento interno del Gobierno socialista y su testimonio podría resultar devastador en un proceso judicial. Con todos los frentes que tiene abiertos cuesta creer que Ábalos mienta al acusar de algo tan grave al jefe del Ejecutivo.

Vox presenta querella

Mientras el PSOE evita la confrontación judicial con Ábalos, Vox ha tomado la iniciativa y se ha querellado ante el Tribunal Supremo contra el presidente del Gobierno. La formación de Santiago Abascal acusa a Sánchez de tres delitos: revelación de secretos, obstrucción a la justicia y encubrimiento, con penas que pueden alcanzar los diez años de prisión.

En la querella, Vox destaca que «la información compartida por Sánchez era de carácter reservado y relativa a una investigación penal en curso». El partido considera que el presidente «incurrió en una temeridad consciente» al desvelar información sensible de una operación encubierta.

La formación ha solicitado que se cite a declarar como testigo al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, al considerar que la filtración pudo originarse en la Fiscalía General. Ábalos ha manifestado que sospecha que «fue el fiscal general quien avisó a Sánchez» sobre la investigación policial. El líder del Ministerio Público está a un paso del banquillo precisamente por filtrar información con objetivo político.

El ex ministro ha descrito la reunión del 28 de septiembre de 2023 como «psicológicamente muy dura» y ha criticado la «imprudencia» del presidente al recibirle conociendo la existencia de la investigación. «Si sabes que están investigando, es porque tienes la convicción de que yo no he hecho nada», comentó Ábalos sobre la decisión presidencial.

Durante el encuentro, desarrollado tanto en el despacho presidencial como en los jardines de La Moncloa, Sánchez le habría expresado que «lamentablemente, todo lo que me había pasado había sido por Koldo». Esta conversación se enmarcó en una «típica reunión de recomposición» tras meses de distanciamiento posterior a la salida de Ábalos del Ejecutivo y tras la necesidad de tener las filas prietas ante una investidura con socios volátiles en el que nada podía fallar para el PSOE.

La investigación de la UCO se inició tras una denuncia del PP en marzo de 2022 sobre contratos de material sanitario durante la pandemia. Según el testimonio de Ábalos, no fue hasta septiembre de 2023 cuando el fiscal presentó la querella. Deja caer sin pruebas una intencionalidad política en la Fiscalía Anticorrupción que da el paso porque «Feijóo no es presidente».

El caso ha derivado en una crisis política que ha alcanzado el corazón del Gobierno socialista. Santos Cerdán, el tercer miembro de la «banda del Peugeot», ha ingresado en prisión acusado de varios delitos de corrupción. Su encarcelamiento ha sido descrito por el ministro López como «muy duro» y «una imagen muy dolorosa».

La estrategia de Sánchez de evitar la querella contra Ábalos revela la vulnerabilidad del presidente ante las revelaciones de quien fue su hombre de confianza. En un ejercicio de pusilanimidad política, Ferraz prefiere soportar las acusaciones antes que arriesgarse a un proceso judicial que podría destapar más secretos del funcionamiento interno del Gobierno.

Esta situación coloca a Sánchez en una posición paradójica: mientras evita enfrentarse judicialmente a quien le acusa de delitos graves, debe hacer frente a la querella de Vox que puede llevarle al banquillo. El presidente ha elegido el silencio legal como estrategia, pero el precio político de esta decisión puede resultar devastador para su futuro en La Moncloa.

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