El sello de Elda Mata
Societat Civil Catalana ha sido una entidad que ha vivido en los últimos años bastantes turbulencias, con problemas internos de todo tipo, con algunos episodios chuscos como cuando un presidente reconoció ante la prensa, en la sede de la entidad, que había votado a un partido supremacista como ERC porque su primo era candidato. Esta asociación también ha tenido algunos problemas de comunicación y de planteamiento de cuál debería de ser su papel dentro de la Resistencia al separatismo catalán.
Pero hay que reconocer que no es nada fácil ser directivo de esta entidad, continuamente hostigada por el secesionismo, por lo que hay que dar las gracias a Fernando Sánchez Costa, que hace unos días dejó la presidencia, por su compromiso y por su labor. Además, a lo largo de su mandato ha sabido aunar fuerzas con otras entidades, siendo el fruto más preciado la creación con más de una docena de colectivos de la plataforma Escuela de Todos, que está batallando en los tribunales para que se aplique en toda Cataluña la sentencia del 25% de docencia en castellano.
Ahora le toca el turno a Elda Mata, que acaba de ser escogida presidenta de Societat Civil Catalana, y que está en pleno carrusel para dar a conocer su proyecto y, sobre todo, su nuevo talante como máxima dirigente de una entidad clave dentro del constitucionalismo catalán. De entrada nos gusta la firmeza de su mensaje. En el pasado, esta asociación alternó la claridad en sus propuestas, con cierta búsqueda de una convivencia que en nuestra opinión es imposible hasta que el separatismo deje de considerar a los catalanes constitucionalistas como «enemigos», «colonos» y ciudadanos de segunda.
Societat Civil Catalana nació para defender a millones de catalanes frente a un independentismo fanatizado, y mientras el secesionismo siga instalando en la rebelión y en el «ho tornarem a fer», no caben acuerdos ni componendas, solo confrontación democrática y denuncia de sus excesos. Detectamos que Elda Mata no está por las concesiones, ni por el tercerismo, sino por una defensa sin complejos de la Constitución y de la unidad de nuestro país frente a los que quieren fragmentarlo. Le invitamos a seguir por este camino. Cuando el independentismo deje de considerar que Cataluña es solo suya, y pare de atentar contra nuestro sistema de libertades -y pida perdón con sinceridad a toda la sociedad española por todo el daño causado- será el momento de intentar tender puentes. Hasta que llegue ese momento, nada de diálogo y código penal a los que violen nuestras leyes democráticas.
Tanto como cuando era la responsable de SCC en Gerona, como cuando ha detentado la vicepresidencia de la entidad, hemos observado que Elda Mata defiende un constitucionalismo sin complejos, siempre dispuesto a dejar claro que los catalanes no separatistas merecemos un respeto, y que las componendas no son el camino para apaciguar a un separatismo instalado en el fanatismo. Estamos convencidos de que seguirá por esta senda y, mientras así sea, tendrá nuestro total apoyo. El constitucionalismo catalán necesita tener un tejido social fuerte, y Societat Civil Catalana es un elemento clave dentro de esta red que hemos de tejer para fortalecer los afectos con nuestros compatriotas de toda España que el independentismo catalán ha tratado de romper.
No lo tendrá fácil. Elda Mata ha pasado a ser considerada pieza de caza mayor por los francotiradores mediáticos separatistas, muchos de ellos con grandes sueldos regados con dinero público y un solo objetivo: que la maquinaria de propaganda independentista siga dominando la mayoría de resortes de la sociedad catalana. Pero no le ha de importar, porque si hace las cosas como debe, somos muchos los que estaremos a su lado para ayudarla en su labor. ¡Mucha suerte! El valor ya lo ha demostrado.