Sánchez roba la cartera a Díaz y las medidas a Feijóo

Pedro Sánchez
Sánchez roba la cartera a Díaz y las medidas a Feijóo

El gran perdedor del debate del pasado martes en el Senado no fue otro que Podemos. ¿Qué dice el columnista?, dirá el lector avieso, si los morados no tuvieron ni voz ni voto en ese esperpéntico acto presidencial

– No hizo falta, Pedro Sánchez fue su excelso portavoz.

¡Nunca habíamos visto por estos resecos lares nada igual! Un jefe de Gobierno europeo conduciéndose con una virulencia agresiva y faltona más propia de paisajes caribeños que de la seriedad exigida en un primer ministro que se aprecie a sí mismo. Mientras oía la gran perorata del “patriarca en su otoño”, jaleado por un ignoto y agradecido –esto último se notó muchísimo-, Ander Gil, recordé aquella sentencia del gran poeta y pensador francés, Paul Valéry. Según el excelso escribidor galo, la violencia (incluyendo la verbal, es el caso) es siempre un acto de debilidad y, generalmente, “la operan quienes se sienten perdidos…”

La “gran pasada” sanchista contra el líder opositor –Feijóo necesita mejorar magnis itineribus su capacidad sicológica interna ante el miedo escénico- ha tenido el efecto contrario buscado por La Moncloa. Esto es que una mayoría de españoles pudieron ver un presidente que sólo tiene capacidad para demoler, capacidad adobada con gestos desconsiderados, aspavientos de taberna y rictus impropios. Por ahí, perdió y Feijóo sin hacer nada del otro mundo, encontró un resquicio.

Hasta ahí lo superfluo. La sustancia es que Sánchez se mimetizó hasta el último pelo de las formas y maneras caribeñas. El que hasta hace poco –según sopla el aire-presumía de centrismo y moderación se ha echado definitivamente al monte radical. Escrito lo anterior, la otra sustancia es que el presidente dejó claro también lo que está dispuesto hacer para seguir en el machito. Por de pronto, le birló a su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, el grueso del discurso sobre el que dice quiere montar una plataforma para seguir viviendo a costa del contribuyente. Digo el discurso y la deriva. Nada más hubo que contemplar los aplausos desaforados de la susodicha, mientras en el exterior los Echeniques&Belarra entraban a saco por el retorno el bipartidismo fáctico PSOE/PP.

Lo más relevante, en cualquier caso, fue el intento de destrozar al que aspira a sentarse en su silla. Y, al mismo tiempo, copiarle las medidas que propone en los asuntos claves del momento. Definitivamente, trincar el lenguaje podemio; por otro lado, asumir las medidas técnicas del centro derecha. Un genio.

Las encuestas que obsesionan al náufrago. Tengo para mí que Feijóo cuando imperaba en el noroeste tenía una idea equivocada del jefe del Gobierno. Seis meses después de su desembarco en Madrid ya tiene la ficha completa. Ya sabe que no puede fiarse un ápice de un tipo que mientras te abraza te roba los caramelos.

Esto no ha hecho más que empezar.

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