Sánchez nos vende al supremacismo

Pedro Sánchez ERC

Pedro Sánchez ha dado el último paso que le quedaba para dejar tirados a millones de catalanes castellanoparlantes ante el supremacismo separatista de la peor ralea. Y es que para conseguir los votos de Esquerra Republicana para la investidura de Salvador Illa los socialistas van a permitir que la persecución lingüística se incremente, aún más. La obsesión del secesionismo para imponer el catalán en todas las esferas sociales va a aumentar de grado gracias a las concesiones que el líder del PSOE ha aceptado. Tengan claro que lo del «concierto fiscal» va a tener tantas lagunas que ya veremos lo que se aplica, pero en materia lingüística todo va a quedar atado y bien atado.

Cuando la dirección de ERC exige la creación de una «consejería del catalán» estamos hablando de una «consejería de persecución lingüística», un organismo supremacista que se va a dedicar, con dinero público y con la complicidad del Gobierno de Sánchez, a perseguir a todos aquellos que quieran expresarse en español en la esfera educativa, profesional e institucional. Esta concesión significa normalizar la violación continua de los derechos civiles de millones de catalanes. Aún más. Porque es permitir que el supremacismo lingüístico más salvaje tenga impunidad absoluta para conseguir sus objetivos máximos. Con Salvador Illa aplaudiendo y animando a los chivatos lingüísticos para que se esfuercen al máximo.

Cuando Esquerra exige «trasladar» la inmersión lingüística a las actividades extraescolares está advirtiendo que no se va a poder hablar en español ni en los lavabos de las escuelas. Hasta ahora prohibían el español en las aulas, en los comedores, en las zonas comunes, en los gimnasios, en las reuniones con los padres y ahora lo van a extender a todo lo que quedaba. No se podrá jugar ni a fútbol en el patio, fuera del horario escolar, sin que un comisario lingüístico de la Generalitat vigile que se diga «fora de joc» en vez de «fuera de juego». Y quién no cumpla, a su casa, porque los de la Generalitat no se andan con chiquitas.

En mi último libro (Flipando con el procés) narré como el director de una escuela pública en la provincia de Tarragona se negó a hablar en español con un ciudadano ucraniano, que no entendía el catalán. Su única concesión fue mandar a un ujier a la búsqueda del profesor de lengua castellana para que hiciera de traductor al español y que así este hombre, que era el padre de un alumno, pudiera entenderle. Todo antes que hablarle en español. Y no es un caso aislado, los fanáticos que ejercen de Stasi lingüística son legión, sobre todo fuera del área metropolitana de Barcelona. Los acuerdos entre ERC y PSC van a garantizar su total impunidad para violar los derechos lingüísticos de padres y alumnos, porque Illa va a ser president para que los socialistas miren siempre hacia otro lado.

Nunca un dirigente en España había caído tan bajo, por tan poco. A cambio de que Salvador Illa presida un gobierno autonómico, y encima con una dependencia continua de Esquerra – el PSC solo tiene 42 de los 135 diputados del Parlament, Sánchez deja tirados a millones de ciudadanos, la gran mayoría de ellos leales a España y a la Constitución. El PSOE tiene una larga historia de traiciones, pero esta es realmente terrible. No se fijen tanto en el concierto fiscal y pongan su atención en lo que realmente le interesa al separatismo: la total desaparición en Cataluña de todo lo que huela a España. Desde la lengua hasta la presencia del Estado en esta comunidad autónoma. Para eso la dirección de ERC ha pactado con los socialistas. ¿Tumbarán las bases de ERC este acuerdo? En un partido lunático como Esquerra todo es posible, pero la tentación de mandar a Puigdemont al limbo y garantizar la hegemonía absoluta del supremacismo lingüístico es demasiado apetecible.

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