Sánchez convierte el varapalo del Supremo por el caso Valerio en una cuestión personal

La Abogacía de Pedro Sánchez, antes Abogacía del Estado, ha solicitado al Tribunal Supremo dejar sin efecto la sentencia que anuló el nombramiento de Magdalena Valerio como presidenta del Consejo de Estado, al considerar que carecía de la consideración de «jurista de reconocido prestigio» que exige la ley para ocupar dicho cargo. La sentencia es firme y el Consejo de Ministros debe destituir a Magdalena Valerio en un plazo de 60 días, pero el Ejecutivo de Pedro Sánchez está utilizando todas las armas posibles para mantenerla en el cargo al menos unos meses más.

La Abogacía, a la desesperada, ha presentado un incidente de nulidad amparándose en el hecho de que se han vulnerado derechos fundamentales durante el procedimiento judicial, argumento que tiene nulas posibilidades de prosperar. Fuentes consultadas por OKDIARIO coinciden en subrayar que el Tribunal Supremo desestimará la petición, que lo único que busca es extender los tiempos para apurar al máximo la presencia de la ex ministra de Trabajo en el organismo. A partir de ese momento, el Consejo de Ministros sí podrá recurrir en amparo al Tribunal Constitucional. De hecho, la nulidad presentada por la Abogacía del Estado es el paso previo para acudir al TC. La ley establece que para presentar un recurso de amparo primero se debe agotar la vía judicial previa.  En suma, que Pedro Sánchez va utilizar todos los medios para mantener a Magdalena Valerio en el cargo, pues el presidente del Gobierno se ha tomado el sopapo del Tribunal Supremo como una cuestión personal y ha ordenado presentar batalla.

Valerio no cumplía con el requisito de «jurista de reconocido prestigio», pues los magistrados argumentaron que una «carrera funcionarial meritoria» no es suficiente, porque el prestigio «solamente se gana con el tiempo, con una práctica prolongada gracias a la cual se mantiene y acrecienta el crédito obtenido». Todo un aviso para Pedro Sánchez, que en la última ronda de nombramientos se ha superado a sí mismo al hacer primar la lealtad al partido por encima de los criterios de profesionalidad y de mérito.