RTVE: de aquellos viernes al pozo negro

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¡Cómo estará la cosa por el Pirulí para que Moncloa, es decir, José Miguel Contreras, haya decidido decapitar a una sociata pata negra conocida como Elena Sánchez! A la dama en cuestión no se le conoce mérito alguno que no sea su ciega obediencia a los sucesivos caudillos socialistas.

El Gobierno y sus edecanes han decidido, parodiando la famosa canción de Carlos Puebla, no guardar ya ni las formas. En realidad, Sánchez siempre creyó, en su enfermiza posición antidemocrática, que RTVE, como la Fiscalía, el CIS, Correos, el Falcon, la Guardia Civil y el largo etcétera que todo el mundo conoce, son de su exclusiva propiedad y, por ende, puede hacer con ello lo que le venga en gana.

Una de las primeras medidas que debería adoptar el Gobierno que sustituya al sanchismo es ordenar una auditoría exhaustiva sobre RTVE con especial atención a las casillas dinerarias de determinados nombres y apellidos, tales como, y sin ir más lejos, José Miguel Contreras y su cuate Varela; el gallego maléfico conocido como Javier Fortes; la recién multimillonaria Intxaurrondo y después fijarse en las decisiones tomadas en forma de adjudicaciones a productoras de José Pablo López (¡aquel JP de la cadena de los obispos donde fue cooptado por el bueno e ingenuo Alex Samanes!), además del resto de los agraciados también en la inexistente (entre la audiencia) RNE, que ya no la sintoniza ni el conserje de la casa.

Echar un vistazo al currículum profesional de la tal Cascajosa nos devuelve directamente al corazón de la melancolía. No deja de ser una pobre activista por precio. Produce risa recordar que Sánchez pidió la dimisión de José Antonio Sánchez cuando presidía RTVE por el hecho de haber confesado que había votado al PP. Hoy, Sánchez preside Telemadrid y en forma de tertulianos los teóricos adversarios de su ideología visitan más el canal autonómico que aquellos que no forman parte de la legión rogelia. Así se escribe la historia…

Si para intentar fastidiar y ponerle freno en su multimillonaria audiencia al bueno de Pablo Motos han necesitado montar toda esa zapatiesta, matándose fraternalmente entre ellos, qué cosa no ocurrirá cuando el pueblo en próximas llamada a las urnas les ordene recoger sus pertenencias personales y largarse a disfrutar del jurdó amasado durante los felices años sanchistas. Seguramente, volverán a desempolvar las camisas negras…
Lo sustancial hoy y ahora son las auditorías. Algo huele poderosamente a podrido…

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