Puigdemont revela que hay vida en otros planetas

Puigdemont revela que hay vida en otros planetas

Siempre que Carles Puigdemont dice una cosa, en realidad quiere decir otra. Tiene un lenguaje secreto que solo una civilización muy avanzada, representada sobre el planeta Tierra por los miembros de la Crida Nacional per la República, pueden entender. Basta con ver a Eduard Pujol o Albert Batet para darse cuenta de su infinito nivel de conocimiento. Es como Puigdemont cuando se quedó en la frontera de Alemania con Francia, a pocos kilómetros del Parlamento Europeo. El ex ‘president’ no quería transmitir que fuera un cobarde que no se atrevía a jugársela con la justicia gala, sino que no le apetecía juntarse con malos catalanes como los eurodiputados Jordi Cañas o Dolors Montserrat, de ahí que guardara una distancia prudencial.

O como cuando le pillaron con las manos en la masa en Alemania no quería transmitir que era un pringado que se dejó espiar y localizar el vehículo. Al contrario. La inteligencia superior de Puigdemont ya había planificado que los tribunales alemanes le soltarían y que conseguiría una victoria moral sobre la España franquista, totalitaria y turca que oprime al pueblo catalán que él ha venido a liberar desde lejos, muy lejos.

¿Lejos? Se estarán preguntando ustedes. ¿Qué le pasa a este Fidalgo? ¿Ha abusado del orujo gallego y del cava? ¿A qué viene esto? Se lo explico. O, mejor dicho, se lo explica Carles Puigdemont en su último y críptico mensaje, solo apto para sus iniciados. De hecho, todos ellos han desplegado sus antenas para descifrarlo y llevar a cabo el plan de su líder. El ‘ex president’ difundió a pocas horas de las campanadas de fin de año en sus redes sociales un vídeo en el que aparecía, guitarra en ristre, cantando con su voz aterciopelada el ‘Country Road, take me home’ del cantante norteamericano John Denver, una estrella de los 70’s y 80’s que murió en 1997.

El estribillo de la melodía reza así: “Country roads, take me home / To the place I belong / West Virginia / mountain mama / Take me home, country roads” (Caminos del campo, llevadme a casa, al lugar al que pertenezco. Virginia Occidental, ‘mountain mama’, Llevadme a casa, caminos del campo). La prensa catalana ha asegurado, en una lectura fácil y equivocada, que Puigdemont quería transmitir que se encuentra más cerca de Cataluña tras la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE sobre la inmunidad de Oriol Junqueras. Y que tras su nombramiento como eurodiputado primero viajará a la ciudad francesa de Perpiñán, la capital de lo que los pancatalanistas llaman ‘Cataluña norte’, y en un futuro más o menos próximo a la comunidad autónoma de Cataluña, o ‘República de los siete segundos’ para el secesionismo.

Pero no, el mensaje de Puigdemont no estaba en la letra, sino en el intérprete de la canción. ¿Quién era John Denver? Un músico norteamericano nacido en 1943 en la localidad de Roswell, en el estado de Nuevo Méjico. ¿Y por qué es famoso Roswell? Por ser el marco del famoso ‘incidente de Roswell’ que consistió en que el 2 de julio de 1947 un objeto desconocido se estrelló en un rancho de esta localidad. Las autoridades de los EEUU dijeron que fue un globo meteorológico, pero algunos ufólogos desarrollaron teorías que aseguraban que una o más naves espaciales extraterrestres habían aterrizado y que el ejército norteamericano había recuperado a los alienígenas.

Está claro. Puigdemont, que ya nombró como su sucesor a Quim Torra, que está claro que es un lunático, avisó con esta canción a toda su grey sobre la llegada de mil setecientos catorce platillos volantes. Estas aeronaves, con base en Raticulín, están a punto de sobrevolar España para liberar al pueblo escogido, los catalanes que lleven en el momento del avistamiento algún lazo amarillo en su vestimenta, de la opresión de la España atrasada y subsahariana. ¿Qué les parece una teoría descabellada? ¿Es más lógico que alguien como Quim Torra haya llegado a presidente de la Generalitat? ¿O que los que intentaron dar un golpe de Estado separatista estén a punto de pactar una mesa de negociación con el futuro presidente del Gobierno de España? ¿O que Pilar Rahola sea la periodista de referencia de la televisión pública catalana? La Cataluña secesionista se ha convertido en una marcianada, así que lo más normal es que su principal ‘estrella’ política sea un extraterrestre. Menos feo que E.T, pero menos entrañable y con mucha más mala leche.

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