Las prioridades de la Reina Letizia
Cuando la anterior Princesa de Asturias se convirtió en Reina consorte de España, doña Letizia asumió la mayoría de las tareas de carácter social y solidario que había desarrollado la Reina Sofía durante los casi cuarenta años que había desempeñado ese papel. La esposa del Rey Felipe VI se convirtió en presidenta de honor de la Cruz Roja española, de la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción), la Asociación Española contra el Cáncer y otras muchas entidades de carácter benéfico. Pero la actual Reina no se conformó con esas tareas heredadas y empezó a buscar otras áreas de intervención que fueran más actuales con su tiempo. Las ha ido encontrando poco a poco.
Una de las primeras preocupaciones con las que doña Letizia se volcó hace ya muchos años es la que afecta a un grupo de cada vez más numeroso de personas que sufren esas que se han dado en llamar enfermedades raras. Un mundo que encierra a miles de afectados por dolencias que se manifiestan por síntomas peculiares, pero cuya naturaleza y origen se desconoce casi por completo. Los afectados, con mucha frecuencia niños, y sus familiares sufren las consecuencias de esas afecciones y piden como principal vía de solución que se dedique mucho más tiempo y fondos a la investigación. La Reina ha hecho suya esa causa y la apoya con determinación.
Otra de las misiones que se ha impuesto doña Letizia en los últimos tiempos ha sido la de unirse a la campaña a favor de la salud mental. En el XXII Congreso sobre ese asunto que tanto preocupa hoy en nuestro país, la Reina subrayó que «la salud mental va más allá de lo sanitario, tiene que ver con lo social, con las oportunidades de trabajo, con las condiciones dignas del trabajo, con la integración, la educación y evitar los estigmas». Sin embargo, los números arrojan cifran insignificantes de terapeutas para atender las necesidades de los afectados por trastornos mentales que tienen que guardar meses de espera para ser atendidos.
Recientemente, la Reina Letizia ha viajado a Zagreb, capital de Croacia, para participar en un Congreso sobre otra de las grandes áreas de preocupación de la consorte de Felipe VI: la obesidad infantil. El foco de la reunión, convocada por la Organización Mundial de la Salud, estuvo centrada en las medidas para evitar que la cifra de niños obesos siga creciendo, algo que sólo se puede conseguir con las medidas que tomen ya las autoridades de los países para que los chicos se alimenten de forma adecuada. Es más que sabido que una comida sana y equilibrada es la única vía para luchar contra esa espada de Damocles que es la obesidad infantil que se extiende de forma amenazante sobre el futuro de la infancia.
Y para terminar con algunas de esas prioridades de la Reina, hay que hablar de las adicciones, combatidas con fuerza y constancia desde la FAD. Dentro de este campo, en el que se combate el consumo de drogas que ha aumentado en los últimos tiempos, la Reina se ha empleado a fondo y está al tanto de las campañas que se lanzan desde la Fundación para disuadir a los jóvenes del consumo de todo tipo de productos que los convierte en adictos severos de cuya dependencia es tan difícil salir.
Son algunas de las causas que la Reina Letizia ha hecho suyas con todo el interés y dedicación de que es capaz, que es mucha. Forman parte de sus actividades no sólo desde el punto de vista institucional, sino también desde el privado, ya que no es raro que personas que tienen a sus familiares en hospitales o en unidades de cuidados paliativos vean a la Reina interesándose por los enfermos ingresados y dándoles ánimos. Poniendo en práctica la imprescindible cercanía de la monarquía con los ciudadanos.
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