Presentación de la bestia

Presentación de la bestia

No más supe que Eduardo Inda iba a lanzar OKDIARIO me puse a su disposición. El sitio de los inconformistas me sonó a paraíso de acogida. Para una bestia de mi porte, que ya colaboró durante un cuatrienio glorioso con aquel intenso – por veraz– director de MARCA, volver a trabajar con él y los suyos en su nuevo diario, era un sueño que esta primavera se ha hecho realidad. Supongo que al ficharme habrá tenido en cuenta los desajustes que han triplicado la peligrosidad de mi ADN. A bestia presentada, ningún lector podrá llevarse las manos a la cabeza. Soy muy bruto. Valga la insistencia. Estoy aquí para embestir y al que no le guste, que le ponga cintas. O cambie de lectura.

A los gregarios de la endiosada mediocridad que me incluyen en lo que califican de ¿periodismo basura? voy a bajarles los humos. Aún no tengo claro si los intelectualmente lerdos lo denominan así debido a que cualquier mierda lo puede practicar, o porque su práctica obliga a tratar con mierdas, es decir, con todos aquellos que desprecian e infaman al mensajero. Lo más sensato sería pensar que la hez es patrimonio del ser humano y que no hay cuerpo, por engreído que sea y honorable que se crea, que no la saque a pasear. Motivo por el que nacimos los barrenderos de la prensa, que alguien había de encargarse del trabajo sucio y barrer la hipocresía, ese homenaje que el vicio rinde a la virtud, según una máxima de François de La Rochefoucauld.

Yo, al ser menos fino que el cronista al uso, por haberme educado en colegios de pago en Francia e Inglaterra, evito untarle vaselina – para luego pasar la minuta, una modalidad como otra cualquiera de impuesto revolucionario – a los personajes de nuestra inmunda y despótica sociedad que, en verso de Francisco de Quevedo, fabrican más enredos que una araña. A mi parecer, nadie es más que nadie aunque se demuestre lo contrario. Sin embargo, como la riqueza genera la arrogancia y la infamia luce coraza de acero, el desgraciado apenas halla dos salidas para sobrevivir: reptar o trepar. En suma, someterse a las penurias del sistema y escarbar en la falta de oportunidades que brinda. Quieren convencernos de que sólo paliaremos nuestros males si logramos venerar los logros del triunfo ajeno.

Daré caza a princesas y dragones, a trogloditas homófobos del corte de Paquirrín, a sus chonis de extrarradio, a la apolillada gauche divine, a los hijos de Narciso, a la aristocracia en derribo, a los cebollones culturales, a sus musas reñidas con la higiene… Hay dónde elegir. El bodegón se surtirá de frikis con 40 palabras de vocabulario, de desheredados ocultos en hostales de tres ladillas, de supervivientes sin brújula, de mendigas del botox. La legión de los corruptos desfilará por el alambre con plumas de ganso insertas en el orto. ¿Qué hay que prohíba decir la verdad burla burlando? se preguntó Horacio, el poeta satírico en lengua latina. Muerto aquel sublime estilo de Coco Chanel, la falta de clase actualmente la ostenta Mario Conde, infatuado chorizo con chorreras. Hay que atizarles duro.

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