Pikoletos

Pikoletos
Pikoletos

Entre las últimas ignominias del gobierno Sánchez, esta vez de la mano de su ministro del Interior, el infame Grande- Marlaska (¿se acuerdan de cuando los ministros del interior eran las figuras más valoradas de los gobiernos, desde Suárez a Aznar, pasando por González?) está el torpedeo de un homenaje que Guardia Civil y Policía Nacional querían celebrar por sus sacrificios en la lucha contra la ETA. Como son cuerpos disciplinados, habían recabado con suficiente antelación los permisos necesarios, hecho las reservas oportunas e incluso invitado al rey para que presidiera un acto que, quitando las heces de España, debería concitar la unanimidad más entusiasta.

Sánchez vive en el alambre y sus urgencias parlamentarias (en este caso, con Bildu, los herederos políticos de la ETA), le animaron a desentenderse del acto con excusas de mal pagador: alegando que a ellos no les habían informado en tiempo y forma. ¿Alguien se puede creer que Guardia Civil y Policía Nacional se van a tirar a la piscina sin saber si hay agua? ¡A otro perro con ese hueso!

Afortunadamente el Gobierno y sus satélites no han logrado acogotar todas las libertades y tenemos una sociedad civil pujante que no se arredra ante sus abusos. El homenaje, multiplicado, se lo da esta semana la publicación de PIKOLETOS: La derrota de la ETA y la élite de la Guardia Civil. Un libro que podría ser una gran serie de TV por la intensidad de los episodios que narra y el pulso con el que lo hace. Su autor es Juan José Mateos, ex guardia civil, ex miembro del GAR y víctima de la ETA en el atentado contra el aeropuerto de Reus (julio,1996). Hombres como Mateos son los que lucharon en primera fila contra la ETA, los que se jugaban la vida para salvar las nuestras en condiciones que no estaban a la altura de la misión encomendada.

Mateos nos cuenta la historia del Grupo Antiterrorista Rural (GAR), la que fue punta de lanza del Estado contra la ETA y actualmente, contra el narcotráfico y otras amenazas graves, la unidad que recuperó espacios de las provincias vascas y Navarra que se habían perdido, lastimosamente, durante los primeros años de la Transición. Como dice el autor: “Éramos ‘los de la boina’ y ‘los malos’ no tardaron en darse cuenta de que estábamos hechos de otra pasta. En tres décadas de confrontación la ETA no logró matar a ningún miembro del GAR y, lo que quizá es más difícil, que se abriera un proceso judicial por malos tratos contra ninguno de nosotros”. (Está documentada la instrucción de la cúpula de la banda para que los detenidos denunciaran sistemáticamente torturas). El GAR es una brava unidad de élite que siempre pelea limpio.

El relato de Mateos revuelve las tripas a toda persona de bien, pues narra la lucha injusta, por desequilibrada, entre unos terroristas sin corazón ni compasión y unos chavales que sacrificaron parte de su juventud, por unos ideales, sin que su labor se viera recompensada en su momento y, a la vista de la actitud de este gobierno, tampoco ahora. Los episodios descritos por su autor hielan la sangre. Va un ejemplo. La batalla campal que califica como “el infierno de Hernani”, en el que durante horas GAR y ETA se enfrentaron a tiro limpio en el centro de la villa, un GAR herido, creyendo que iba a morir, pintó en la pared, con su propia sangre, un mensaje de amor a su mujer y al cuerpo, antes de descolgarse por la ventana con unas sábanas atadas. Quien contemplaba la escena, bien escondido en un armario, era el “temible” Carnicero de Mondragón, quien, tras ser detenido y ya camino del cuartel de Inchaurrondo, se cagó, literalmente, en los calzones. Los etarras eran valientes para dar el tiro en la nuca, pero cobardes ante los verdaderos valientes. Felicito a Mateos por su libro testimonial, a todos los que pasaron por el GAR y a los cuerpos policiales que les dieron apoyo y que también demostraron tener más atributos que un búfalo… Como dicen ellos: “¡Siempre GAR!”.

Recuerden que policías y guardias civiles van a movilizarse contra Marlaska durante la cumbre de la OTAN, exigiendo su dimisión inmediata. Detestan tener a una marioneta sanchista como ministro del Interior.

Lo último en Opinión

Últimas noticias