El Panteón de Reyes ya está completo
La próxima semana se conmemorará la festividad de Todos los Santos y el Día de los Difuntos. Con tal motivo y pensando en el Rey Juan Carlos he visitado el Panteón Real de El Escorial de 10 metros de diámetro por 10,6 de altura completamente recubierto de mármoles con adornos de bronce dorado.
Dicho Panteón contiene veintiséis urnas, de las que veintitrés ya están ocupadas. Aunque las tres, digamos libres, no lo están, ya que fueron asignadas a Don Juan, Conde de Barcelona; a su madre, la Reina Victoria Eugenia y a Doña María de las Mercedes, madre Juan Carlos y la última en acceder al panteón en enero del 2000, cuando falleció. Por lo que el Panteón Real ya está completo a falta de que estos tres cuerpos salgan del pudridero, donde es preceptivo que permanezcan por espacio de ¡veinticinco años! y ocupen las tres urnas que se encuentran disponibles. La pregunta que pueda hacerse el lector es lógica: el día que fallezca el Rey Juan Carlos (larga vida a Su Majestad) ¿donde reposarán sus restos? Por supuesto que en el Panteón Real, no. Aunque en él reposan, por orden cronológico, los restos de todos los reyes de España y sus esposas siempre que éstas hubieran sido madres de reyes, a pesar de que Doña Sofía reúne todas esas condiciones ha manifestado en varias ocasiones que no le gustaría reposar en ese panteón) (?). Las reinas que fallecieron sin descendencia real, así como los príncipes, se encuentran enterrados en las cámaras del Panteón de los Infantes.
Según un detallado informe de la revista Hola, «podría construirse un nuevo Panteón Real en la catedral de la Almudena» que sería símbolo, de alguna forma, de la monarquía de Don Juan Carlos y el lugar ideal para él. También, y según el informe de la revista, se podría ampliar el actual Panteón de El Escorial, construyendo hacia abajo, lo que ciertamente entrañaría numerosas dificultades. O continuar los enterramientos en otro lugar del Monasterio.
Isabel, compañero mejor que novio
Confieso, sin pudor, sentir un especial sentimiento por Isabel Díaz Ayuso. No sólo por ser una gran presidenta de la Comunidad de Madrid, ciudad en la que resido desde hace más de sesenta años, sino porque es una buena amiga. Y, además, porque se llama Isabel, como mi hija.
Vengo siguiendo con sumo interés los choques dialécticos entre Pedro Sánchez e Isabel Diaz Ayuso, insultos que han sobrepasado todos los límites al calificar el presidente del Gobierno a un ciudadano particular como es Alberto González Amador, el novio de la Presidenta, consultor y auditor, calificándole últimamente de «delincuente confeso» por presuntas irregularidades fiscales. Lógicamente, Alberto, con todo derecho, se ha querellado contra el presidente y su ministro de la Presidencia, señor Bolaños, la voz de su «puto amo».
Querida Isabel, me voy a permitir la libertad de aconsejarte que desistas de utilizar la palabra novio cuando te refieras a tu compañero Alberto. Porque aunque parezca que estemos hablando de lo mismo, estos dos conceptos no son sinónimos. El primer concepto hace referencia a esas relaciones en las que la palabra novio es más coloquial, más informal, mientras que la palabra compañero es más amplia, encierra una relación seria, cómplice de amor profundo y de darse calor humano y placeres. Esto te lo dice quien lleva, felizmente casado con mi compañera desde hace… ¡¡¡50 años!!!
¿De qué coño se ríe?
Al referirse el querido compañero Raúl del Pozo en su columna a la «risa extraña» de Pedro Sánchez cuando Feijóo le dijo «Señor Uno, márchese ya», recordé lo que la periodista de El País, Elvira Lindo, a propósito de esas risas, como la de Sánchez o las de su impresentable vicepresidenta Montero «son risas burlescas con las que esperan avergonzar al contrario».
A quienes verdaderamente ofenden esas risas, sobre todo las de la Montero (María Jesús), groseras, soeces, chulescas, rabaneras como las del pasado miércoles desde su escaño en el Congreso (¡que vergüenza de vicepresidenta!) es a ella misma, que no distingue entre risas y crueldad. Estas risas no aportan sensación de bienestar y de relajación sino un estado de ánimo negativo debido a que cuando se ríen, como hace Sánchez o su sierva, liberan ciertas sustancias bioquímicas que favorecen su estado de ánimo negativo. A nivel emocional, es una estrategia para poner en marcha situaciones estresantes contra sus enemigos, por los que sienten miedo, envidia o desprecio.
Chsss…
Mi querido Chencho, diplomático ilustre y escritor, seguidor del Real Madrid, confiesa que el palco del Bernabéu no le gusta porque estás cohibido y no puedes gritar «¡cabrón!» cuando le pegan una patada a Vinicius.
«Que Felipe VI venga a visitar una exposición de dos republicanos (los Machado) nos demuestra que vivimos en una república coronada. Y se lo agradecemos» (Alfonso Guerra).
«Él ya no es uno de los nuestros, ha perdido el alma de juez».
Nos ha abandonado, no cree en nada salvo en su supervivencia.
¿Cree de verdad que su esposa, hija de la duquesa más duquesa, mantiene el ego a raya? Yo no lo creo.
Lo del rey de Arabia a Don Juan Carlos no fue una comisión sino una donación sin contraprestación alguna.
Dicen que no reaparecerá en el Parlamento hasta finales de noviembre, ya que se marcha a la India en compañía de su inefable esposa y dentro de su continuo «absentismo laboral», como califica Jorge Bustos.
¿Es que no hay nadie que pueda controlar sus actividades? ¡Por supuesto que el Parlamento no!
¿Para qué sirve el Jefe del Estado? Cierto es que éste no manda ni en Zarzuela.
Sobre su estado después de la espectacular caída, dicen que «no ve».
Ella aconseja amores a distancia. ¿Cómo gestionarlo?
Con la muerte repentina de su hermano, confiesa la famosa presentadora que se trata de la cuarta muerte de un ser querido en cuatro años. Lo siento, querida.
La protagonista de violencia doméstica no es un hombre sino la hija del famosísimo e icónico actor y director que ha sido detenida acusada de malos tratos hacia su pareja.
Temas:
- Casa Real