No diga Irene Montero, diga Carmen Polo
Irene Montero se comporta como aquellas marquesonas del franquismo que presumían de servicio
Belarra defiende a las niñeras imputadas de Montero: «Nunca nos perdonarán hacer feminismo»
Tienen la cara de cemento armado. Ahora resulta que para la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, la imputación de la ex responsable de comunicación de la formación morada Gara Santana se debe a que los jueces «nunca van a perdonarnos hacer política feminista». O sea, que para la formación morada el hecho de que la directora de comunicación pasara largas horas al día cuidando a los hijos de la ministra de Igualdad no es malversación -Podemos recibe dinero público- sino que todo es una pataleta de los jueces porque han hecho mucho por los derechos de la mujer. Se conoce que explotar a una escolta, encargándola labores de recadera a horas intempestivas, es «política feminista». y ahora resulta que eso, para la formación morada, es muy progresista e igualitario.
Son tan hipócritas que la propia escolta reconoció que Gara Santana estaba hasta las narices de hacer de cuidadora, pero ahora calla. Como le ocurrió a la jefa de Gabinete adjunta de Irene Montero en el Ministerio de Igualdad, que negó que fuera utilizada como «nanny» cuando se pasó meses en el chalet de Galapagar trabajando para la pareja Montero-Iglesias. Pero, ¿qué concepción tiene esta gente de la igualdad de la mujer? Precisamente lo que hizo la ministra de Igualdad es denigrar a tres mujeres, utilizadas como empleadas domésticas y sometidas a sus caprichos.
Cabe recordar que fue una mujer, la escolta Elena González, la que denunció el trato que recibía y la que señaló que Irene Montero utilizó a Gara Santana como niñera, desatendiendo sus funciones en el partido. «Estaba cansada de tener que cuidar a los niños de Iglesias y Montero y así nos lo transmitía a los escoltas», ratificó González en sede judicial, donde, además, manifestó que Santana trabajó jornadas de ocho horas diarias en Galapagar. Se conoce que el feminismo para Podemos consiste en eso: en utilizar a cargos y empleados del partido, mujeres todas ellas, como ayudantes de cámara de la excelentísima ministra de Igualdad. No diga Irene Montero, diga Carmen Polo.