El militar y la periodista que mitigan nuestra vergüenza

Militar periodista

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) es el organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, de Teresa Ribera, que pronosticó a las 14:30 horas del martes 29 de octubre, que en algunos puntos de la Comunidad Valenciana podrían llegar a caer entre 150 y 180 litros por metro cuadrado acumulados «en 12-24 horas»; y cayeron 500. Pero si los valencianos quieren otra AEMET, que la pidan.

La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) es otro organismo igualmente dependiente de la ministra Teresa Ribera que hasta las 18:49 horas del mismo día 29 no envió un email a la Generalidad Valenciana advirtiendo del riesgo de desbordamiento de ríos y barrancos. La misma CHJ que dejó al ente autonómico fuera de las reuniones de coordinación que mantuvo a sus espaldas, con la AEMET, la Delegación del Gobierno, la Dirección General de Carreteras y la Guardia Civil. Pero si los valencianos quieren otra Confederación Hidrográfica, que la pidan.

Pilar Bernabé es la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana que compareció ante los medios el martes 29 al mediodía, para informar de que la alerta roja por fuertes lluvias duraba hasta las 18:00, por lo que se esperaba que por la tarde el tiempo mejorara y dejara de llover con tanta intensidad; y fue entonces cuando llegaron los peores momentos del temporal. Pero si los valencianos quieren otra Delegada del Gobierno, que la pidan.

Fernando Grande-Marlaska y Margarita Robles son, respectivamente, los ministros del Interior y de Defensa, responsables de que el Ejército, la Guardia Civil y la Policía Nacional hayan sido enviados a Valencia con cuenta gotas, de forma que, pasada una semana de la catástrofe, aún hay localidades en las que no se les ha visto y cientos de calles en las que el lodo, la basura y los coches destrozados siguen formando montañas que impiden el paso a los vecinos; mientras aún a esta hora no han comunicado la cifra oficial de desaparecidos, algunos de los cuales podrían haber sido encontrados con vida durante las primeras 24 o hasta 48 horas, en las que por allí sólo hubo voluntarios sin medios. Pero si los valencianos quieren otros ministros de Defensa e Interior, que los pidan.

Han pasado ya siete días desde que la DANA arrasó Valencia y aún hoy vemos en las redes sociales y en los pocos medios de comunicación independientes que todavía nos resistimos a Sánchez, vídeos grabados por ciudadanos desesperados porque, una semana después, aún no han recibido la mínima ayuda que necesitan. Imágenes que, a cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad, sólo nos provocan vergüenza e indignación. Muy a nuestro pesar, comprobamos que no hemos sido capaces de dar una respuesta a la altura de cualquier país del primer mundo y tenemos que comprender la ira que sienten unas personas que creían vivir en un país civilizado, pero ahora comprueban que se les ha tratado peor que en el tercer mundo.

El domingo, cinco días después de la tragedia, un militar y una periodista recorrieron a pie las calles de Paiporta, una de las poblaciones más afectadas, para intentar trasladar su ánimo y apoyo a víctimas y voluntarios. Tras el militar y la periodista se escondieron los dos políticos responsables de su situación. Como no podía ser de otra manera, las víctimas indignadas les lanzaron barro y merecidos insultos tras lo que, uno de los políticos, el más cobarde, indigno y sinvergüenza, salió huyendo, mientras el otro aguantaba con los dientes apretados, escondido detrás del militar. Ellos no trataron de escapar, el militar y la periodista demostraron su dignidad, su honor y su valor, dando la cara, escuchando, abrazando y llorando junto a unos damnificados a los que prometieron una ayuda que no depende de ellos y que, con toda seguridad, lamentan que no haya llegado a tiempo. El militar y la periodista que supieron sostener el honor de España son don Felipe y doña Letizia, y por unos instantes mitigaron la vergüenza que todos sentimos cuando comprobamos la indignidad con la que Pedro Sánchez ha tratado a los valencianos que no votaron al PSOE. Pero si los españoles quieren otro presidente del Gobierno, que lo pidan.

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