Más de 30.000 muertos y la prioridad del Gobierno es derribar una Cruz

editorial-3-interior

No hay peor virus que el el odio y el revanchismo. En plena pandemia del coronavirus, el Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez vuelve con el guerracivilismo y decide cargar contra la Cruz de los Caídos de Cáceres. Más de treinta mil muertos, la economía devastada y la prioridad del Ejecutivo es derribar una gran cruz de 12 metros. La petición partió de Compromís y la respuesta del Gobierno no admite dudas:“En relación con la pregunta formulada […] sólo puede dirigirse al Ayuntamiento para recordarle el deber de cumplir con los previsto por el artículo 15 de la Ley 52/2007, de diciembre, “Símbolos y monumentos públicos”, para que retire el monumento señalado”. Y añade: “Si el Ayuntamiento de Cáceres no retirase el monumento señalado, el Gobierno requerirá a la Junta de Extremadura para que, en el ejercicio de sus competencias, haga cumplir lo previsto por la ley y adopte las medidas oportunas que se deriven de la no actuación municipal”.
Poco parece importarle al Gobierno que la Ley de Memoria Histórica sólo ampare el derribo de los monumentos de exaltación al régimen de Franco, no de los que únicamente incluyen simbología religiosa. Su obsesión es patológica y su sectarismo ideológico es de tal calibre que en plena pandemia no es capaz de entender que la prioridad absoluta en estos momentos es luchar contra la pandemia y aunar todos los esfuerzos para llevar a cabo la reconstrucción económica de España.

Este Gobierno, que ha dado muestras de la más absoluta incompetencia, que es negligente hasta decir basta, que se descompone a marchas forzadas y es incapaz de abonar los ERTES a centenares de miles de personas, sólo corre cuando se trata de derribar una Cruz. No cabe mayor ignominia.

El mismo Ejecutivo que permitió manifestaciones feministas que se convirtieron en una bomba biológica, el que ha sido incapaz de proteger la salud de los españoles, el que ha manipulado las estadísticas para borrar las huellas de su negligencia mortal, la emprende ahora contra una Cruz. Su sectarismo no tiene límites.

Lo último en Opinión

Últimas noticias