Manifestarse ante las sedes: ¿Sí o no?
¿Es criticable manifestarse delante de las sedes de los partidos políticos? Es la pregunta de moda. Dejemos a un lado la discusión sobre las razones que motivan las protestas (que sobradamente las hay) y sobre si es legal (que lo es, pues nada lo prohíbe). La pregunta es si, desde el punto de vista cívico o democrático, está bien o es reprochable.
Andan políticos y politólogos varios rasgándose las vestiduras que no se rasgaban en 2004, o poniéndose tibiamente de perfil, para decirnos que muy mal hecho, que no protestemos delante de las sedes. Y yo me pregunto por qué. ¿Por qué censuran el manifestarse delante de las sedes del PSOE?
Esa pregunta me hago y he buscado las respuestas de aquellos que tanto saben, pero los argumentos que encuentro sólo son dos simples falacias. La primera es confundir el dónde y el cómo. Mezclan el lugar con las formas, el acudir a la puerta de la sede con la violencia que pueden ejercer algunos. Y esta violencia claro que es censurable, pero lo es tanto si la concentración se hace delante de una sede como si se hace en la Gran Vía o en el Tibidabo. No nos confundan, todos los demócratas estamos de acuerdo en que la concentración tiene que ser sin violencia, pero no es eso de lo que hablamos. Hablamos del lugar.
Y la segunda falacia confunde la presión con el acoso. Una cosa es la legítima presión que se ejerce ante personas jurídicas (como ante el PSOE) y otra las coacciones o el acoso a las personas físicas (como en los escraches). Invadir los espacios de la vida privada de una persona física sí es censurable y debería ser castigado, pero presionar a una organización delante de su sede no tiene nada que ver, por mucho que a algunos verdugos (de la democracia) les guste ir de víctimas. No sólo no es censurable, sino que es una virtud cívica.
Así que, descontadas tales falacias, dónde mejor protestar que ante la institución que toma la decisión que motiva la protesta. Porque, hoy por hoy, no son el Gobierno en funciones o las Cortes los que negocian con los indepes; es el partido, PSOE de Sánchez, el que ha decidido cargarse la democracia. ¿Dónde manifestarse entonces?, ¿en El Corte Inglés?, ¿en el jardín botánico? Es como si una empresa no cumple con sus trabajadores y estos deciden hacer huelga y manifestarse, lógicamente, delante de la empresa. ¿Dónde si no? ¿También en el jardín botánico?
Evidentemente, la protesta ha de ser pacífica y no debe impedir que los miembros de cualquier organización ejerzan sus derechos. Por eso, nuestro Código Penal castiga, por ejemplo, el acoso a los diputados o las concentraciones que alteren el normal funcionamiento de las Cortes Generales.
Pero una concentración comunicada y pacífica delante de la sede de una persona jurídica que ha tomado una decisión antidemocrática, además de legal, es legítima; además de legítima, es oportuna; y, además de oportuna, acudir a ella es una virtud cívica.
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