Madrid: distintas políticas dan distintos resultados

Esta semana, BBVA Research ha publicado su informe sobre la situación económica de Madrid, que elabora semestralmente, donde analiza los puntos fuertes y débiles de la economía madrileña, destaca los factores de riesgo y de oportunidades que hay en el entorno económico nacional e internacional, y realiza una comparación con el conjunto nacional e incluso con otras regiones.

Pues bien, en dicho informe BBVA recoge el crecimiento esperado de Madrid para 2019, que cifra en un incremento del PIB real del 2,6% frente al crecimiento del 1,9% previsto para el conjunto nacional. Es decir, que la economía de la Comunidad de Madrid va a crecer, de cumplirse dichas previsiones, casi un 40% más que la media nacional, concretamente, un 36,84% más. Igual sucede para 2020, donde BBVA considera que Madrid crecerá un 2,2% frente al 1,6% de España. Esto es, ese mayor crecimiento de Madrid respecto a la media nacional incluso se acrecienta en su diferencia de 2019 a 2020, pues en 2020, con esos datos, la Comunidad de Madrid crecerá un 37,50% más que la media española. Es más, BBVA considera que será la única región que supere un crecimiento del 2% en 2020.

Y a mayor actividad económica, mayor generación de empleo. BBVA prevé que la economía madrileña genere 128.000 puestos de trabajo entre 2019 y 2020, que supondrá un 21% de todo el empleo creado a nivel nacional. Este dato es sumamente importante, pues la población madrileña representa alrededor del 13,5% de la población total española, de manera que su peso, tanto en el global de ocupados (un 17% del total nacional de afiliados a la Seguridad Social), como en el incremento de ocupados en el período mencionado (ese 21% del total) pone de manifiesto el mayor dinamismo de Madrid también al traducirlo como creación de puestos de trabajo.

Eso, pese a las amenazas externas de carácter económico, muestra que Madrid, en el margen de sus competencias, aplica una política económica, desde hace muchos años, que le permite crecer más en los momentos alcistas del ciclo económico y resistir mejor en los tiempos de crisis. Es una política liberal-conservadora, basada en gasto eficiente dedicado a los servicios esenciales, impuestos bajos, cumplimiento de los objetivos de déficit y deuda públicos y eliminación de trabas en la economía.

Es la constatación de que no hay una única política económica y de que distintas políticas dan distintos resultados. Gracias a ello, Madrid consigue alcanzar mayores niveles de crecimiento, de empleo, de riqueza per cápita y, en definitiva, de prosperidad para los ciudadanos madrileños y, gracias a la solidaridad que ejercen éstos a través de su aportación a la solidaridad regional vía fondo de garantía de los servicios esenciales que establece el Sistema de Financiación Autonómica, también para el conjunto de españoles.

Por eso, llama mucho la atención que Madrid sea, en muchas ocasiones, la obsesión del Gobierno de la nación desde el punto de vista tributario y quiera que suba impuestos. Ya sucedió en el pasado, donde se llegó a afirmar que si Madrid bajaba impuestos era porque le sobraba el dinero, cuando, precisamente, se bajaban los impuestos porque a los madrileños no les sobraba nada, sino que les faltaba, en plena crisis, para poder llegar a fin de mes en muchos casos, de manera que al bajar los impuestos se dejaba en el bolsillo de los ciudadanos hasta 1.150 euros más al año del dinero que habían generado con su trabajo y esfuerzo, que suponían un alivio en su día a día. Y sucede ahora de manera mucho más agresiva -y eso que la agresividad en el pasado fue tremenda- ya que Sánchez ha dicho que quiere obligar a Madrid a subir determinados impuestos (“armonizar” lo llama él).

En lugar de perseguir a Madrid por su política de impuestos bajos, lo que debería hacer el Gobierno de la nación es imitar su política económica, pues los resultados dejan claro que es una política que consigue una mayor prosperidad para sus ciudadanos, que debe ser el objetivo de todo gestor público.