Legal pero indecente

Etarras

A José Manuel Anseán Pérez no lo mató ETA, ¿o sí? José Manuel era un niño de 14 años cuando ETA asesinó a su padre al ir, acompañado de su mujer, a coger el autobús que le llevaría al cuartel de Policía de Basauri donde trabajaba. Tras conocer, por fin, la sentencia de aquel asesinato, 15 años más tarde, José Manuel se suicidó. Fue enterrado junto a su padre en su Lugo natal.

Muchas otras víctimas, gracias al paso del tiempo, al entorno familiar, a la fuerza de sus entrañas y a Dios, sobrellevan amargos recuerdos, vidas arrebatadas, injustas ausencias. Pero entre la tristeza y el asco, entre la pesadumbre y la rabia, solo hay un paso al que con frecuencia empujan los de Bildu, con ongietorris un día y con sus candidatos otro. Vivían del terror y hoy lo hacen del enfrentamiento y del odio que buscan con sus provocaciones; pues, como dice Jorge Bustos, Bildu no incluye en las listas a asesinos «a pesar de» su pasado, los incluye «gracias a» su pasado. Hoy, uno de los condenados por participar en el asesinato del padre de José Manuel, es uno de esos candidatos.

Y la indignación generada no es venganza o revanchismo; hasta el más miserable de aquellos etarras podrá ser perdonado, en esta o en otra vida, y hasta podría ser acercado a cárceles del país vasco para que sus familias no sufran las culpas de quien, a pesar de todo, siempre será su hijo. Pero, ¿puede el Estado beneficiar o integrar en sus instituciones a quien no se arrepiente ni colabora en el esclarecimiento de los atentados?

Ni los etarras que disfrutan de los nuevos beneficios penitenciarios de Sánchez y Marlaska ni los que hoy son candidatos han mostrado arrepentimiento o colaboración. Lo único que dan a cambio es el apoyo de su sindicato Bildu a que el PSOE siga en la Moncloa. Todo muy legal, pero no decente, que diría Sánchez. ¿Y qué dicen sus bien pagados compañeros de partido?

Con lo a gusto que estaban hablando de Doñana día y noche, ha venido Bildu a meterse en la campaña y Pilar Alegría acusa a las derechas de airear el espantajo de ETA por interés electoral. ¿De qué quieren que hablemos?, ¿del IVA de las compresas, de lo amigos que son Biden y Sánchez, de la diversidad afectivo-sexual que tanto les preocupa? Pues no.

En otros lugares, los candidatos autonómicos se ponen estupendos, y así por ejemplo el aragonés Lambán, en cuya tierra ETA atentó 30 veces causando 16 muertos y 100 heridos, llama a romper con Bildu. Lo que no dice, mientras esconde su carné del PSOE en la cartera, es si romperá él con quien no rompe con Bildu.

Discurso distinto el de Chivite, la del PSOE navarro, que nos invita a mirar al futuro, pelillos a la mar, ETA es pasado, nos dice. Que se lo digan a la viuda de aquel policía del cuartel de Basauri que también perdió a su hijo. ¿Se imaginan qué diría Chivite o el PSE si fuese un asesino de ultraderecha el que fuera candidato? Pues no hace falta que se lo imaginen. Ya lo han dicho en el caso de García Juliá, uno de los condenados por el crimen de Atocha y candidato (finalmente inadmitido) por Falange en Bilbao. El PSE ha acusado a Falange de ser un partido que defiende la violencia y el odio, no como su socio parlamentario Bildu.

Legal, pero no decente, nos dice Sánchez, como también lo es indultar y beneficiar a malversadores para seguir en el poder, descabezar el CNI a petición de Rufián, nombrar amiguetes en cargos públicos o comprar votos con cargo al presupuesto, sacar a la guardia civil del País Vasco y Navarra, nombrar Fiscal General a una ex ministra o a juristas sectarios en el Tribunal Constitucional. Toda tu legislatura es una indecencia, Sánchez, algunos te lo diremos con nuestro voto. Y a ti y a los tuyos, ya lo sabes, que os vote Txapote.

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