La Moncloa bien vale una misa
Después del paseíllo de Sánchez e Iglesias por la Carrera de San Jerónimo el pasado miércoles, se me vino a la mente la célebre frase «París bien vale una misa», atribuida al pretendiente protestante al gobierno de Francia, Enrique de Borbón, quien eligió renunciar a sus creencias religiosas y convertirse al catolicismo para poder llegar a ser rey. Una forma de demostrar que es útil renunciar a algo para obtener lo que realmente te interesa, aunque sea vendiéndose a uno mismo. Porque, señores, no me negarán que La Moncloa «bien vale una misa».
Al tiempo que en Europa estallan bombas y los yihadistas nos pisan los talones, en parte por culpa de nuestra progresiva pérdida de unión y de valores, en España siguen repartiéndose la tarta y los sillones mediante un plan que de no evitarse será el inicio de la destrucción de nuestro precioso país. Mientras el crecimiento se estanca, Pedro Sánchez quema su último cartucho agarrándose al clavo ardiendo que le queda. Todos —y digo todos— tienen la culpa de que esto se produzca. Rajoy ha tenido cuatro años para cambiar la ley electoral y no lo ha hecho, ha sido tan egoísta como el que ha perdido las elecciones, un Sánchez que quiere ser presidente aunque para ello tenga que dar la mitad de los ministerios a los que sin ninguna duda pretenden destruir España.
Yo soy de los que piensan que habrá nuevas elecciones porque esto no puede llegar a buen puerto, pero estoy admirado por la capacidad de supervivencia del secretario general del PSOE. Cuando en el debate de investidura fue rechazado dos veces, todos pensábamos que se hundiría anímica y políticamente, pero resurgió cual ave fénix y ha seguido dando coletazos a un lado y a otro para conquistar de cualquier forma la ansiada Moncloa con su ya famoso y repetido hasta la extenuación “Gobierno del cambio”. Ahora también “reformista” para tener contento a Rivera, no sea que se subleve y le desmantele el chiringuito.
A Sánchez –Mariano, ve tomando nota- le han pedido para formar su Gobierno de «progreso» los ministerios de Hacienda, Defensa, Asuntos Exteriores, Interior, Trabajo, Fomento y la Vicepresidencia ya veremos. Eso con solo 69 diputados. Todo para los que no son capaces de condenar atentados, unirse al pacto antiyihadista ni respetar nuestra bandera. Eso sí, Pedro presidente. Qué placer, qué logro personal al llegar a casa: “Hijas, esposa, miembros y miembras, me cargo España y el PSOE pero voy a pasar a la Historia, he logrado ser presidente del Gobierno”. Y le mirarán con admiración y orgullo, “¿por fin lo has conseguido, papá? Y ahora ¿qué vas a hacer?”.“Pues con los ministerios que me han quedado, descansar”.