José Luis Escrivá, nuevo agradador del Banco de España

Escrivá Banco de España, Pedro Sánchez

La ley que regula la actuación del Banco de España se llama precisamente Ley de Autonomía del Banco de España. Autonomía es sinónimo de independencia, autogobierno y libertad; y significa lo contrario de dependencia y subordinación, que son sus antónimos. El diccionario de nuestra RAE define autonomía como «condición de quien, para ciertas cosas, no depende de nadie». En su exposición de motivos, la Ley de Autonomía del Banco de España explica que esa independencia que debe regir la actuación de nuestro banco central, es una exigencia de la Comunidad Europea con respecto a las instituciones monetarias que se integraron en el Sistema Europeo de Bancos Centrales. También aclara que la señalada autonomía del Banco de España, impuesta forzosamente por el Tratado de la Unión Europea, «exige que el Banco no esté sometido a instrucciones del Gobierno o del ministro de Economía y Hacienda».

Y con todos estos requisitos legales, va Pedro Sánchez e impone como gobernador del Banco de España a alguien tan poco autónomo e independiente como su fiel y leal ministro José Luis Escrivá. Su designación tendrá por ley una duración de seis años, que es más tiempo del que Sánchez permanecerá en la Moncloa, y de él solamente podrá ser cesado «por incapacidad permanente para el ejercicio de su función, incumplimiento grave de sus obligaciones, incompatibilidad sobrevenida o procesamiento por delito doloso». El nombramiento oficial tendrá lugar en el Consejo de Ministros del próximo martes, aunque previamente será anunciado por el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, en una comparecencia prevista para este miércoles a las 15:00.

Cuando en enero de 2020 Pedro Sánchez designó a José Luis Escrivá como ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, fue bien recibido tanto por la oposición como por la prensa independiente, avalado por su trayectoria al frente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), organismo que había puesto en marcha él mismo a propuesta del entonces ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Desde la AIReF, Escrivá se había opuesto a la subida del 22% del Salario Mínimo Interprofesional anunciada por Pedro Sánchez. Asimismo, había alabado la reforma de las pensiones llevada a cabo por el PP en 2013, con la que Pedro Sánchez había prometido acabar.

Pero durante los cuatro años que estuvo al frente del Ministerio de Seguridad Social y uno más que lleva como ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Escrivá se ha encargado de echar por tierra todo su prestigio anterior, demostrando que solamente tiene capacidad para agradar al que le manda. Se encargó personalmente de contradecir todo lo que había afirmado anteriormente respecto a nuestro sistema de pensiones, destrozando la reforma que había hecho el PP, elevando exponencialmente las cotizaciones sociales y subiendo las pensiones con el IPC; cuestiones todas a las que se había opuesto rotundamente desde la AIReF.

José Luis Escrivá es sólo el agradador de Pedro Sánchez. Un economista sin principios, dignidad, ni vergüenza, que ya ha demostrado que es capaz de hacer y decir cualquier cosa que le pida aquel que le ha nombrado, y ese es el único motivo por el que ahora el presidente del Gobierno lo va a imponer como gobernador del Banco de España, organismo que, con Escrivá al frente, dejará de tener la autonomía que le exige la Ley española y los Tratados europeos.

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