Iglesias, un reo sin honra

Iglesias, un reo sin honra

Enero de 2020. Ante el Rey y altas magistraturas del Estado, un reo conocido por Pablo Iglesias, comprometió su -inexistente- honra como responsable público e institucional. Este fue el ritual que usó para trincar la cartera que otro trilero, Pedro Sánchez, le regalaba a cambio de convenir las mil y una tropelías que el socialcomunismo se disponía a cometer: “Prometo, por mi conciencia y honor, cumplir fielmente las obligaciones del cargo de vicepresidente segundo del Gobierno, y Ministro de Derechos Sociales, y Agenda 2030, con lealtad al Rey, y guardar, y hacer guardar la Constitución, como norma fundamental del Estado, así como mantener el secreto de las liberaciones del Consejo de Ministras y Ministros”. Sólo un reo sin honra, un tiparraco que miente más que habla, es capaz de prometer tales cosas para luego incumplirlas sistemáticamente.

Un zafio capo de Unidas Podemos que no cumplió lo que prometió ante Felipe VI. Según La Razón: “Ha demostrado que aquella fórmula de adhesión con la monarquía constitucional resultó una farsa, un fraude”. Al ADN de la hiena le da igual morder al maniquí que le dio mando desmedido, que infectar los planes del Gobierno. Y saca sus colmillos de fiera, contra todo lo bueno que tenga que ver con España. El presidente y el vicepresidente sólo se ponen de acuerdo para no revelar el número de muertos que ha causado la pandemia debido a su lamentable gestión, en no rendir cuentas del millonario gasto de sus insensateces, en chotearse de cientos de demandas que les interpuso Transparencia sin responder a ninguna y también, en su propósito obsesivo de vejar a los jueces y cargarse la independencia del poder judicial. En fin, que copian la hoja de ruta del comunismo.

Durante el terrible tiempo de la peste hemos estado en manos de estos dos individuos, Sánchez e Iglesias. Así nos fue y nos irá. Pero hete aquí que, cuanto más se jactaban de sus diabólicos y míseros triunfos, aparecieron las nobles voces de unos jueces que no juran, ni prometen, sus cargos en vano, porque son leales al Rey y a la Constitución. Desde que la Justicia tumbó la exclusión del castellano en las provincias bárbaras, Sánchez supo que Iglesias sobraba en sus planes de sobrevivir en Moncloa. Si a esto añadimos que Carlos Lesmes, presidente del T.S. y del CGPJ, se rebeló contra el marxista que pretendía hacer añicos el poder judicial y los de Unidas Podemos lo tienen crudo. Apenas tres ministras socialistas, Calviño, Robles y Montero -la eficaz, pues la cajera comunista no sirve para nada- muestran el respeto que merecen los jueces, el constitucionalismo y Felipe VI. Un reo sin honra, ya ha reservado vuelo de ida a Venezuela.

El Gobierno socialista está deseando que desaparezca en el triángulo de las Bermudas. Todavía hay gente que cree en los Reyes Magos.

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